La negación de la realidad del gobierno de Dina Boluarte se hace cada día más evidente, porque la propia presidenta no se ha atrevido a dar la cara para responder con claridad a las cuestionables actuaciones del hermano. Esto incluye a los ministros, que han tratado de negar los acontecimientos que involucran a toda una presunta organización criminal, digitada desde las más altas esferas del poder.

Lo paradójico han sido los argumentos inverosímiles de algunos ministros, al extremo de sustraerse de la realidad que afronta el Gobierno, que con una aprobación de 5% no solo estamos hablando de precariedad y crisis de gobernabilidad, sino de que Boluarte está más cerca de abdicar a la Presidencia que tener alguna opción en el futuro mediato.

La entrevista al ministro de Educación en un dominical mostró la orfandad de esta administración y su incapacidad para responder con meridiana claridad a los temas de fondo, que hoy ponen en cuestión al gobierno de Dina Boluarte; por ende, mucho no podemos pedirles, para que siquiera afronten los problemas graves que tiene actualmente el Ejecutivo, que ya está a la deriva.

Que la propia presidenta vaya a las oficinas allanadas de sus abogados, cuando todavía no había terminado la diligencia de allanamiento, es una muestra de desesperación de la presidenta, que a estas alturas debe desconfiar hasta de su sombra, además que se debe dar cuenta de que ya le quedan pocos días o, máximo, semanas en el gobierno. Entonces se requeriría prudencia y tal vez plantear acciones de gobierno para una salida ordenada, pero no, se ve que el entorno del Gobierno está en la etapa de la negociación del tremendo problema que tienen, como primera etapa del duelo.

La realidad es que, una vez más, el Congreso está enseñoriado y sigue con la irresponsabilidad de seguir destruyendo la institucionalidad del país, copando entidades estratégicas del Estado y como muestra de su desprecio, despilfarrando todo el dinero público que tiene a disposición.

Al parecer no quieren aceptar esta cruda realidad, que viven ya en los descuentos del gobierno de Dina Boluarte y se ve que sus propios ministros y asesores actúan en sintonía; será para no contradecirla o quién sabe si lo hacen para cuidar sus cargos y no hay escrúpulos, hasta para hacer el ridículo en señal abierta a nivel nacional, defendiendo lo indefendible.

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