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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Es increíble cómo logra colocarse del lado de los defensores de la libertad de expresión uno de los líderes latinoamericanos que más la ha obstaculizado.

Recordemos que, a través de la intimidación, ha corrido de su país a periodistas que lo habían criticado y los principales medios ecuatorianos han quedado maniatados. Sin embargo, para muchos, especialmente en el mundo anglosajón, Correa será el protector del derecho de los ciudadanos a conocer lo que hacen los gobiernos a través de las revelaciones de WikiLeaks en la prensa independiente o de oposición.

Por ello, deberían revisar en YouTube algunos de sus matonescos comentarios sobre los medios de comunicación –como la conferencia que diera en Lima el año pasado– para que los que apoyan a Assange no se hagan ninguna ilusión sobre quién los está ayudando.

Incluso, parece que Correa ha decidido mejorar su imagen personal a nivel internacional, sin importarle el precio que su país tendrá que pagar congelando la relación que tiene con el Gobierno británico. Por lo cual tendrá que mantener a Assange por mucho tiempo en su embajada asilado, y este se la pasará viendo quiénes entran a Harrods, porque es poco probable que reciba un salvoconducto aunque espere años.

Más aún, de hacerlo, los británicos estarían cuestionando la independencia tanto del Poder Judicial sueco, que pidió su extradición, como de su propia Casa de los Lores, que rechazó su apelación, dándoles la razón a los que argumentan que se trataría de una persecución. Así que, como en el caso de Haya de la Torre, este asilo tiene para rato.

Al final, lo que está quedando claro es que hemos presenciado una lección en manipulación que está haciendo pasar ante los ojos del mundo como generoso libertador a quien no es más que un intolerante censurador.