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Redacción PERÚ21

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Enrique Castillo,Opina.21ecastillo@peru21.com

La construcción de la planta de fraccionamiento en Quillabamba –que fue un compromiso demagógico del gobierno anterior, y que no interesó a ningún inversionista privado porque no es negocio–, el fortalecimiento de Petroperú, el subsidio para la venta de GLP a los sectores más pobres –que puede ser reclamado por muchos grupos poblacionales en distintas regiones–, el límite a la propiedad de la tierra –que parece ser un pedido que viene desde el más alto nivel–, la eliminación del régimen laboral extraordinario para la agroexportación, y algunos otros temas que parecieran evidenciar un cierto sesgo populista con claro contenido político, cuyo objetivo sería el de mostrar el rostro nacionalista de este gobierno.

¿Son estas medidas el producto de un consenso general al interior del Gabinete?, ¿estaban ya establecidas y contempladas en la "hoja de ruta" del Ministerio de Economía y Finanzas?, ¿venían diseñándose y elaborándose cuidadosamente y en armonía con los funcionarios del jirón Junín?, ¿hay coordinaciones fluidas y conversaciones establecidas con la bancada del Congreso para impulsar algunas de las medidas antes mencionadas o estas se están impulsando sin apoyo del Ejecutivo que, en uso de sus atribuciones, se reservará el derecho de observarlas por considerar que colisionan con el modelo?, ¿acatará el Ejecutivo la decisión de la bancada oficialista en el Congreso sobre los límites a la propiedad de la tierra, tal como lo señaló explícitamente el Primer Ministro?

Ojalá podamos encontrar respuestas a estas interrogantes. Son muchas las dudas que hoy existen respecto a estos temas, y no sería recomendable que estas se extiendan o se profundicen. Va a ser muy útil saber si el Gabinete está ordenado y cohesionado alrededor de todos estos proyectos o si la procesión va por dentro.