Pepe suma siete expulsiones en casi 10 años en Europa. Debieron ser más. (AP)
Pepe suma siete expulsiones en casi 10 años en Europa. Debieron ser más. (AP)

Redacción PERÚ21

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El defensa del Real Madrid Pepe (Kepler Laveran Lima Ferreira en su partida de nacimiento) me ahorró el esfuerzo de leer la novela El Doctor Jekyll y Mister Hyde, de Stevenson. Sí, aquella obra donde un apacible ser humano de pronto se convierte en un asesino por un desdoblamiento de personalidad. Así parece ser Pepe. Un back que ha pasado de hornear galletas para los niños a golpear a los rivales sin pudor, como a Messi en el último Clásico.

El portugués llegó al Madrid en 2007 procedente del Porto –a cambio de 30 millones de euros– y se convirtió en el preferido de José Mourinho cuando este arribó al Bernabéu tres años después. Ya se le había soltado la cadena cuando en abril de 2009 pateó en la espalda a Casquero en un partido ante el Getafe y, luego, le aplicó un puñete a Albín. Por esa gracia se comió 10 fechas de sanción y hasta pensó en dejar el fútbol.

Pero la verdadera transformación de Pepe se daría en los 'derbis'. Allí donde Mourinho lo ubicó como volante de marca y le dio una lanza de guerra. Ungido como el único antídoto para frenar a los artistas del 'Barza', se convirtió en el arquetipo del antifútbol. En abril de 2011 vio la roja por una plancha a Dani Alves en la ida de las semifinales de la Champions, pero ese mismo mes, anticipando y rascando, fue el mejor en el triunfo de su equipo 1-0 en la final de la Copa del Rey.

Hoy todos le dicen de todo a este buen zaguero, instalado ya en la categoría de 'carniceros' del fútbol. Por encargo o por naturaleza, Pepe ha cumplido bien el papel que le dio su director. Es el símbolo de la impotencia del Madrid ante el Barcelona, el chivo expiatorio de Mourinho. Pero ya nada lo despojará del estigma. Así haga galletas para los niños con sida, todos se acordarán de sus patadas.

TENGA EN CUENTA

- Wayne Rooney criticó al volante en su Twitter. "Pepe. Menudo idiota, a veces hay gente que acaba con tu paciencia", escribió.

- Por su parte, Bernd Schuster trató de explicar el comportamiento del 'luso'. "Es su personalidad, parece que se transforma", dijo.