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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

"Podemos revisar todo", asegura el presidente Pedro Pablo Kuczynski, pero lo que como país no debemos hacer es seguir "tanteando el terreno". Es un tremendo error recibir en Palacio a dirigentes sindicales (desde los moderados hasta los más radicales) si mantienen una medida de fuerza que lleva 57 días y que ha puesto en peligro el año escolar.

Es inconcebible que pese a que su ministro del Interior afirmara que hay cerca de 5,000 de estos huelguistas, llamados profesores, que están comprobadamente vinculados al Conare, Pucallakta y afines al Movadef, que defienden el llamado pensamiento Gonzalo, también estén representados en la cita palaciega.

Al presidente de la República, lo hemos afirmado muchas veces, le falta manejo y norte político claro. Él es, en esencia, un economista y un hombre de negocios global, pero no es suficiente. Kuczynski o es muy testarudo o no tiene quién le muestre la complejidad social del Perú. ¿Por qué las huelgas (médicos, enfermeras, docentes) comienzan a arreciar después de tantos años? ¿No será que perciben una debilidad en el régimen? ¿No será que sumado a la falta de solidez institucional todos pretenden jalar agua para sus molinos? Leía el editorial de El Comercio en el que el Perú, aunque crezcamos económicamente, está en el puesto 101 de 176 países de mayor percepción de corrupción (Transparencia Internacional), ¿no es algo que verdaderamente debiera preocupar y generar acciones muy concretas de un gobierno como el de PPK? Es probable que el presidente considere sus capacidades profesionales suficientes para reencauzar al país, pero la sensación que provoca es que seguimos siendo esa República donde cada uno hace lo que le da la gana, como nos describió Ricardo Palma.

La firmeza y una verdadera voluntad de cambio nuevamente parecen ser las grandes ausentes en el perfil del gobierno y por eso hay muchas recetas con remedios equivocados.