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Redacción PERÚ21

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Dr. Rodrigo Rondón,Opina.21familia@peru21.com

El hombre siempre suele humanizar o divinizar todo. Y muchas veces le cuesta entender que los perros son mascotas, nada más. Con esto trato de decir que ellas no distinguen entre el bien y el mal.

Por más que las queramos mucho, nuestras mascotas pueden reaccionar de una manera inesperada para nosotros, los humanos.

Es que, en algún momento, el perro puede morder, y no es consciente de lo que está haciendo pues actúa por reacción al sentirse estresado o amenazado.

Hay algunos perros que no reaccionan nunca, pero hay otros que sí. Y se debe reconocer que también es culpa de algunos que se exponen tan de cerca al can, que se arriesgan a una reacción peligrosa. Se debe considerar que uno está frente a un animal y no frente a otro ser humano.

Por ello, nunca verán a un veterinario ponerle la cara a un perro. Lo atiende poniéndose al costado pues el animalito podría estar asustado y atacar.

Sepa que la mordida de un perro de mandíbula grande puede triturar un hueso.