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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Una de las clásicas discusiones cuando se habla de hidrocarburos es si la modernización de la Refinería de Talara es rentable, o si es una obra creada solo para generar más empleo y recursos para la región Piura. El petróleo es un combustible cuyo precio internacional va en picada y aún así insistimos en explotarlo y refinarlo en lugar de importar uno de mejor calidad. El Perú hace muchos años dejó de ser competitivo en hidrocarburos. El Lote 192, en Loreto, con un crudo pesado y costoso de refinar, tiene la producción paralizada luego de que una coladera interminable por la vejez del Oleoducto Norperuano (40 años de construcción) nos dejara con el vergonzoso saldo de 13 derrames solo en 2016.

Mientras tanto, se continúa con la modernización de la Refinería de Talara, pese a que su función es refinar el crudo que tanto daño ya le hizo a la gente del área de influencia del Lote 192, desparramándose por encima de sus chacras, ríos, lagunas, pies, estómagos, narices, pulmones. Una obra que inicialmente iba a costar un poco más de mil millones de dólares, pero el presupuesto se ha ido elevando hasta pasar los 5 mil millones, sin que nadie dé una explicación concreta de sus sobrecostos.

Esta semana he leído dos noticias radicalmente opuestas sobre el mismo tema. Por un lado, la insistencia del presidente de Petroperú de apurarse en poner a producir al Lote 192 porque la Refinería de Talara va a necesitar crudo (para justificar su inversión y generar ganancias). Por otro, el eterno reclamo de las federaciones y organizaciones indígenas de las 4 cuencas, cuyo abandono he visto con mis propios ojos hace unos meses. En estos días, las federaciones solicitan una reunión urgente con el Ejecutivo para exponer sus reclamos. "La desconfianza reina entre los pueblos indígenas porque no quieren seguir siendo estafados, pues ni siquiera se ha cumplido con la remediación. Hablamos de afectaciones acumuladas por años y cuestionamos la viabilidad de la actividad del Lote 192 en la Amazonía con un oleoducto tan viejo. Ese proyecto es ambiental y socialmente irresponsable", escribe José Fachín, líder indígena kichwa, desde Loreto. Al mismo tiempo, en diarios locales el presidente de Petroperú, Luis García Rosell, hace alarde de que "el país" no puede esperar para explotar el 192… ¿De qué país estamos hablando, si para que Piura crezca Loreto tiene que seguir sumida en el abandono total? No me identifico con la oposición a las obras extractivas pues creo firmemente en la negociación y el diálogo, más que en prejuicios bucólicos sobre el "buen salvaje". Pero aquí hay algo que no encaja.