Foto: César Fajardo.
Foto: César Fajardo.

Redacción PERÚ21

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Mónica Delta,PeriodistaAutor: Gonzalo Pajares.gpajares@peru21.com

Mónica Delta es uno de los rostros más reconocidos de nuestro periodismo televisivo. No en vano lleva 30 años en el oficio. Hoy conduce el noticiero 90 segundos, y todos los jueves publica una columna en Perú21.

¿Hoy se hace mejor periodismo que hace 30 años?Depende. Hoy hay mucha más competencia y contamos con los instrumentos que la tecnología nos brinda. Eso hace que tengamos una visión más amplia y trascendente de las cosas. Sin embargo, antes había mayor profundidad en las investigaciones, el trabajo de a pie era más exigente. Ahora, todo está en Internet; antes, el reportero tenía más calle. Igual, no debemos quedarnos en el pasado, los periodistas hemos evolucionado. Hoy, el periodismo es más irreverente.

Teniendo todos las mismas noticias, habiendo sido estas contadas, comentadas y debatidas, ¿cuál es tu plus?Opinión, emoción, indignación.

Posición ciudadana…Tú lo has definido bien.

¿Hay espacio para ser distinto?Muy poco. Trabajo en un canal de señal abierta, donde se masifica la opinión. Yo trato de llegar a la gente que tiene menos información, decirle: "Tu indignación por la injusticia es la mía". Esta es mi actitud.

¿No nos equivocamos los periodistas al creer que la gente piensa igual que nosotros?Es peligrosísimo. Yo no siento nunca que represento a la inmensa mayoría. Repito, deseo solidarizarme con la gente y hacer de su indignación frente a la indiferencia y la injusticia la mía. Trato de no dejarme llevar por lo que creo o pienso, pero a veces es imposible. Eso sí, siempre me pregunto si estoy pensando con la cabeza o con el hígado.

¿En verdad, el periodismo es el cuarto poder?No, por lo ocurrido con Fujimori y Montesinos, los peruanos somos escépticos a todo. El periodismo no es el cuarto poder, hay demasiadas alternativas de fácil e inmediato acceso. Antes, lo que decíamos podía ser la santa palabra; ahora no. Sucede que el Perú es complejo, que Lima no es el Perú.

¿Cómo te llevas con la tecnología, con las redes sociales?Me cuesta pues empecé en la época de la máquina de escribir. Pero he tenido que entrar a los nuevos medios. Valoro las redes sociales, la tecnología para mi trabajo, no para mi vida. Me revienta que invada mi vida personal.

En tus 30 años de periodista, ¿la etapa más difícil fue durante el gobierno de Fujimori?Sí. Una cosa es que sepamos que en el intestino grueso hay porquería, y otra, que la veamos y la olamos. Es atroz.

¿Quién es el presidente más democrático que has conocido?En acción y pensamiento, Belaunde. En la acción, pero no necesariamente en el pensamiento, Humala.

¿Humala o Nadine?Bueno, es un proyecto conjunto. Soy consciente de que Nadine es parte del Gobierno, y tengo indicios de que, como son jóvenes, tienen un proyecto político y gubernamental de largo plazo, no necesariamente quebrando la Constitución, pero lanzando a Nadine como candidata.

¿La presencia de Nadine le hace bien a la gobernabilidad?Hasta ahora le está sumando, pero si se percibe que Nadine, a quien el pueblo no eligió, maneja las cosas, la situación podría ser un búmeran. Pero si aparece, como hasta hoy, como alguien que defiende a su marido con uñas y dientes, que es simpática, agradable, preparada, que tiene un contacto grande con la gente y trabaja con su marido y no lejos de él, puede hacerle bien. Pero, si se despunta de Humala y se huele que ella toma las decisiones, la gente podría tomar una actitud menos comprensiva.

¿Ya te cae Alejandro Toledo?(Ríe). Si tuviera resentimiento, haría todo por destruirlo, pero no me interesa. No tengo ningún resentimiento con él, pero, claro, no me parece 'el personaje'. Creo que se ha desubicado. Haber venido de abajo y llegar a la Presidencia lo ha dejado sin perspectiva. Después de ejercer el poder, uno vuelve a ser un simple mortal. Toledo no ha entendido este trance. Si desea ser otra vez candidato, debe manejar sus apariciones, debe evolucionar como persona, alcanzar grandeza, estar encima de las pequeñeces.

¿Con qué político celebrarías tus 30 años de periodista?Invitaría a Nadine. A Alan García no porque lo conozco bien, no me sorprendería. Además, se convertiría en el alma de la fiesta y me quedaría sin celebración (ríe). También invitaría a Humala, pero sin Nadine, para ver en realidad cómo es. Me gustaría conversar con él evitando los excesos de la entrevista que le hice como candidato.

¿Hasta cuándo estarás en la televisión?Hasta que la cara me aguante (risas), y después seguiré en la radio y en el periodismo escrito. Siempre he dicho que envejeceré con dignidad, pero no pienso jubilarme.

AUTOFICHA

- Me gusta estar en casa, escuchando música, tocando guitarra, leyendo. Me gustaría tener más tiempo para viajar y estar con mi marido, quien anda solito.

- Estoy pegada a lo que pasa. Quiero estar empapada de la actualidad. No hacerlo me parecería vergonzoso.

- El poder me sedujo, pero ahora prefiero estar bien lejos de él pues no lo sé manejar, no sé ejercerlo, me molesta. Hay que ser medio mañosón para manejarlo.