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Redacción PERÚ21

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Santiago Pedraglio,Opina.21spedraglio@peru21.com

En el momento en que esta nota se escribe, solo dos actores –Gobierno Nacional y empresa– han confirmado su participación; no así el Gobierno Regional de Cajamarca.

El inicio del diálogo no significa que los promotores del "Conga va" hayan ganado alguna batalla.

Sería más bien el comienzo de un complejo y quizá largo proceso en el que el Estado central también tiene que asumir los costos que le corresponden, incluidos los causados por gobiernos anteriores que no regularon la inversión ni resguardaron el medio ambiente ni las condiciones de vida de los ciudadanos del campo.

Es cierto que Gregorio Santos tiene a Wilfredo Saavedra marcándolo a presión, así como a un sector de cajamarquinos que puede interpretar que negociar es traicionar, y que ese es el contexto en el que está obligado a levantar el paro o a garantizar que sea pacífico. La empresa, mientras tanto, carga con un historial de malas relaciones con la población, de desprecio a la licencia social y de soberbia, que tienen que cambiar si quieren que el diálogo sea creíble. Sin embargo, al Gobierno Nacional le toca asumir la responsabilidad principal, y eso pasa por tomar decisiones como levantar el estado de emergencia sin temor a perder autoridad, actuar inmediatamente sobre los pasivos ambientales del distrito de Hualgayoc y la contaminación del río Tinto, y anunciar la constitución de una autoridad autónoma ambiental.

"El agua primero", efectivamente. Por eso urgen acciones que muestren que esta orientación va en serio y no es pura palabrería.