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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Esa sería la razón por la cual, de pronto, estamos presenciando a pretendientes dando a conocer tanto su disponibilidad como su interés en el cargo.

Así, tenemos que, luego de un largo silencio, el expremier Salomón Lerner ha retornado al circuito político y el presidente del Congreso también ha colocado su nombre en el ruedo. Estamos seguros de que, a medida que pasen los días, aparecerán algunos otros candidatos.

Sin embargo, la pregunta que nos hacemos es qué sentido tendría un cambio de gabinete en estos momentos. Tenemos que la economía sigue creciendo a un buen ritmo y la confianza empresarial se continúa recuperando. Además, el tema de Conga está en proceso, esperamos, de ser solucionado, y la aprobación del Gobierno está en un nivel adecuado.

En realidad, no queda claro qué se podría ganar en las actuales circunstancias con un cambio. Más bien, como las cosas están marchando, el provocar la salida del gabinete en la actualidad parece como el intento de alguien de generar una tormenta en un día soleado.

Por otro lado, luego de la confiscación argentina de los activos de Repsol –que ha enviado una señal de alerta a los inversionistas en la región y mantiene nerviosos a los mercados–, cualquier movimiento apresurado o innecesario puede ser interpretado como un viraje en el rumbo moderado que se ha adoptado. Lo cual podría llevar a que proyectos de inversión sean postergados.

En todo caso, es claro que los gabinetes requieren de un cierto periodo de tiempo para poder llevar a cabo el programa que le presentan al Parlamento al inicio de su gestión. Los problemas de fondo del Perú –pobreza, informalidad, incapacidad del Estado– son de largo plazo y nunca serán solucionados si el mandatario cambia de equipo de trabajo como si se cambiara de zapatos.