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Redacción PERÚ21

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Marco Sifuentes, Perú 2.1El sueño de la derecha produce monstruos.

Confiados en su propio discurso, creyendo en los periodistas a los que ellos mismos les dictaban el rollo, encerrados en su burbuja de prosperidad, la derecha limeña se durmió. Y cuando despertó, Humala había vuelto a estar allí.

Hemos regresado al túnel del tiempo y estamos en la tercera semana de marzo. De pronto, sin que nadie sepa cómo, Humala estaba en segundo puesto y seguía subiendo. Una semana después, CPI era el mensajero del demonio: el comandante ya encabezaba las encuestas.

EL HORROR, EL HORRORHumala, cuya moderación había sido destacada –a inicios de año– por toda la prensa y a quien hasta elogiaron en la CADE del 2010, de pronto volvió a convertirse en el Cuco, el Jinete del Apocalipsis, el Heraldo Negro que nos manda la Muerte.

Cayó la bolsa, subió el dólar y destriparon su rojísimo Plan de Gobierno.

NO SIRVIÓ DE NADASacaron un video mañosamente editado para sugerir que Humala era simpatizante de Sendero, entrevistaron a todos los "analistas" para que profeticen fuego y azufre si el militar pasaba a segunda vuelta, resucitaron videos de Chávez bien enternado respondiendo sensateces antes de una elección y hasta lo fotoshopearon con la 10 de la selección brasilera.

NO SIRVIÓ DE NADAToledo siguió cayendo, PPK subió pero nunca tanto y Humala le regalaba rosarios a Cipriani, le daba un beso a Nadine y sacaba los mejor spots que hayamos visto en mucho tiempo (casi todos un calco de la campaña que hizo Favre por Lula). Tenía toda la actitud del ganador.

Y ASÍ LLEGÓ ABRIL, EL MES MÁS CRUELEl "silencio electoral" se inauguró con un angustiante cuádruple empate técnico. Entre el primero y el cuarto lugar, según las últimas encuestas publicables, habían menos de 5 puntos de diferencia. Durante la última semana, las encuestas prohibidas, pero difundidas en clave por Internet, solo confirmaban la pesadilla: "rancho" y "minpao" iban delante.

DESCONCIERTO¿Qué habíamos hecho mal? No había tiempo para preguntas, el peor escenario posible estaba en frente de nosotros y había que decidir por el tercero en discordia. Pero, ¿quién? Ni siquiera Castañeda quería renunciar.

En Facebook, las guerras entre PPKausas y toledistas alcanzan el punto máximo. Unos les enrostran a otros que su candidato está de caída y los otros responden que los unos votan frívolamente, que no hay forma que un gringo le gane a Humala en segunda. Conforme se acercaba el 10 de abril, amistades se rompían, tuiteros se bloqueaban, pines de Toledo o PPK aparecían y desaparecían de las fotos de perfil. Todos vimos venir el meteorito pero nadie se puso de acuerdo en cómo detenerlo.

FUE EL FIN¿Recuerda ese día? ¿Recuerda la depresión, la sensación de vacío, la frustración? Si recuerda todo eso es porque usted es un limeño promedio. El sueño de opio de PPK solo había sido realidad en Lima, más precisamente, en los distritos limeños más prósperos. Solo en ellos PPK terminó en primero puesto. En el resto del país mucha gente celebraba.

Durante las dos primeras semanas después del impacto, los limeños vivimos todas las fases del duelo: negación (PPKausas organizando un referéndum para la tercera vuelta o insistiendo en llegar al 66% de viciados en la segunda o anunciando un golpe de Estado en Facebook), la ira (con insultos racistas para los votantes de Humala), la negociación (poniéndole "me gusta" a la frase "No han ganado los ignorantes, han ganado los ignorados"), la depresión (que no se iba) y, por supuesto, la aceptación.

Para muchos, la aceptación llegó el 20 de abril, cuando Mario Vargas Llosa, en una cumbre antipopulista, lanzó la frase que se convertiría en un Rubicón: "Sin alegría, con muchos temores, yo voy a votar por Humala y voy a pedir a los peruanos democráticos que hagan lo mismo que yo".

Ese día empezó, de verdad, la segunda vuelta.

Seguimos la próxima semana.