Martes, 5 de diciembre del 2017 PADRES E HIJOS

¿Cómo ponerse de acuerdo con las actividades útiles?

Durante enero y febrero no deberían realizar actividades académicas, salvo si tu hijo requiera reforzar áreas específicas.

¿Cómo ponerse de acuerdo con las actividades útiles?
Los padres deben aclarar cuál es el presupuesto con el que cuenta la familia para las actividades de las vacaciones útiles.

Quieres que tu hijo juegue fútbol, pero él muestra más interés por tocar la guitarra. O, por el contrario, él desea asistir a un curso de natación y tú prefieres que refuerce su inglés. A continuación, algunas recomendaciones para que lleguen a un acuerdo y definan qué actividades harán en sus vacaciones.

CONSEJOS A SEGUIR

La oferta de actividades durante las vacaciones de enero y febrero parece interminable. Desde complejas clases de ciencia hasta novedosos talleres de clown, pasando por natación, karate y guitarra. Una interminable lista de opciones, que te confunden y pueden entorpecer una decisión final.

De acuerdo a Luis Basadre, docente de psicología de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, no hay necesidad de complicarse pues los criterios a seguir siempre son los más simples. “Los padres deben observar los intereses y el talento de sus hijos, y a partir de ello, proponer el camino”.

“Incluso con una amplia gama de opciones, si el niño tiene la opción de elegir se verá más comprometido a llevar a cabo la actividad hasta el final”, nos dice Manuel Pérez, profesor de secundaria del colegio Salesiano Rosenthal de la Puente de Magdalena. “Ha tenido un año lleno de esfuerzo intelectual y no se trata de seguir alargándolo. Son sus vacaciones y tiene todo el derecho a descansar. La labor del adulto es negociar con el pequeño, hacerle ver las ventajas y desventajas, y evaluar su reacción”.

Cada niño es un universo y por eso no existe una regla específica que determine cuántos cursos deberá seguir durante los meses de vacaciones. De acuerdo a los expertos, habrá algunos pequeños para los cuáles una actividad sea suficiente y otros que tendrán energía para realizar más de dos. No existen recetas únicas, confirma Basadre. “Cuando los niños son muy pequeños, la decisión recae enteramente en los padres que deben tomar en cuenta las habilidades en las que sus hijos destacan. Sin embargo, al hacerse adolescentes, es necesario darles más libertad y la opción de decidir individualmente”.

¿CÓMO LLEGAR A UN ACUERDO?

La negociación no siempre resulta fácil. Pero para que este trámite sea más sencillo, siéntate con su hijo y sigue los siguientes pasos:

1. Debes aclarar cuál es el presupuesto con el que cuenta la familia para las actividades de verano. En las familias extensas, obviamente este se reduce, así que establece la cantidad por cada hijo y hazles saber.

2. Luego, con esta cifra en mano, hagan juntos una revisión de las alternativas que existen en el mercado. Recuerda que muchas municipalidades o incluso los mismos colegios abren talleres de costo mínimo o gratuitos.

3. Se sincero y no generes falsas expectativas sobre el curso en cuestión. Recuerda que será tu pequeño y no tú, quien lo tomará.

4. Una vez armada una primera lista de posibilidades, desmenucen cada propuesta y eliminen las que no están completamente acorde con sus intereses.

DEDES SABER

MÁS INTEGRACIÓN. La primera condición para lograr que los niños pasen unas vacaciones felices, es asegurar actividades compartidas que refuercen los vínculos familiares.

EN PLENO VERANO. Durante enero y febrero no deberían realizarse actividades académicas, salvo que el niño requiera reforzar áreas específicas para asegurar un buen inicio del siguiente grado.

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