Levanta la voz. Choquehuanca es sinónimo de trabajo y una de las voces de la pequeña y mediana empresa. (GEC)
Levanta la voz. Choquehuanca es sinónimo de trabajo y una de las voces de la pequeña y mediana empresa. (GEC)

Su nombre sonó a nivel nacional al ser nombrada ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, con PPK, y legisladora en el Congreso que disolvió Martín Vizcarra. Pero ya era reconocida en el mundo de las pymes desde muy joven y también por impulsar a emprendedores -sobre todo emprendedoras- de nuestro país y del extranjero. Ana María Choquehuanca trabajó desde siempre. A sus cortos 11 años, ya hacía sus pininos en la tienda de metalmecánica que fundó su padre y, a los 14, se encargaba de viajar a las sucursales, en diferentes regiones, para ayudar con los inventarios. De hecho, los seis hermanos y su madre apoyaron desde siempre el sueño de don José Domingo, quien, según dice su hija, sembró prestigio a su paso: “Era un hombre innovador, muy visionario. Decía que sin estudios no se hacía nada y fue a la universidad, cuando finalmente pudo, a los 50 años. Nosotros seguimos en esa ruta. No recuerdo momentos tristes en nuestra vida; con poco y con mucho, siempre estuvimos bien”, dice muy emocionada.

MUJER LÍDER

La empresa Metal Sur fue el inicio de su vida como empresaria, pero las indicaciones de su padre para crecer iban más allá. No solo debía tener estudios universitarios y trabajar, sino también crear una asociación para apoyar a mujeres que se pudieran nutrir con su experiencia y conocimientos: “Ahora sigo en ello, desde Lima y con más facilidad porque las cosas han cambiado desde 1998… Se trabaja con el éxito de mujeres que han salido de sus casas, mujeres que sufrían violencia, que ganaban poco siendo profesionales como enfermeras u obstetrices, con mujeres de la tercera edad o mujeres con discapacidad”, comenta. Paralelamente, fue volviéndose una de las voces de la pequeña y mediana empresa en nuestro país, por medio de PYME Perú –institución que hoy preside– y en el camino viajó durante tres años apoyando a mujeres en Colombia, Egipto y el Sahara Occidental, donde trabajó con refugiadas en cooperativas dedicadas al cuero, al cous cous y sobre todo a los telares. En su desarrollo profesional, reconoce a su esposo Ismael como un papá 100 puntos y a sus hermanas por el apoyo siempre.

MUJER POLÍTICA

Un día, Pedro Pablo Kuczynski la llamó por teléfono para invitarla a participar en su lista al Congreso. Aunque le “parecía buena persona”, no estaba muy convencida. No militaba en ningún partido, ni pensaba hacerlo y, sin embargo, sí conocía a Mercedes Araoz, con quien había trabajado por el TLC. Unos días después, PPK la volvió a llamar. “¿Qué fue? ¿Vas o no vas?”, le dijo, así que ella, cuenta entre risas, respondió: “¡Voy!”, y se lanzó a la política nacional: “Yo sí llegué al Congreso con ganas de comerme el mundo. Fui la más votada en Arequipa y quería hacer cosas por todos, no solo por las pymes. Logré ubicarme en el primer lugar en producción legislativa con 17 proyectos aprobados”. Aunque el tiempo fue corto, por el cierre del Parlamento, Choquehuanca levanta la voz algo molesta cuando habla de las dificultades de los congresistas de hoy para avanzar en esta coyuntura política. “El Congreso es para la gente que quiere trabajar, no para la gente que quiere vivir bien. Yo resiento que este Congreso, que no quiere irse, porque pienso que ya no quiere irse, diga que se queda para avanzar en las reformas. Y me pregunto qué han hecho durante este año y medio si las reformas las dejamos nosotros. Eran insumos que trabajamos como una base, algo que avanzamos con asesores y dinero público. Sin embargo, no han usado eso, ¿y lo harán? ¿Avanzarán algo antes de 2026?”, se pregunta indignada tras confesar que hoy no está pensando en el campo político, que desde el sector de las pymes puede hacer mucho todavía.

CHISPAZOS

¿Dónde ve usted el problema de la crisis actual?

Pienso que un error es la ley de descentralización que Toledo hizo entre gallos y medianoche. Una ley que no debió salir así, sobre todo cuando se habla de transferencia de dinero a las autoridades regionales y locales. La rectoría de educación y de salud, por ejemplo, no debió salir del gobierno central, porque son temas muy sensibles.

Entonces, ¿se debió corregir hace 20 años?

Esto ha ido escalando a través de los años y ahora ha reventado. Lo cierto es que no hay conocimiento de que es un manejo de cada región. Tenemos presidentes regionales y alcaldes procesados, no todos pero sí una gran mayoría, y la ciudadanía piensa que todo está en manos del gobierno central.

¿Quién podría sacarnos del entrampamiento?

El Legislativo, por supuesto. Si se quiere trabajar por los demás, se puede, pero no sé cuántos congresistas quieran hacer las cosas bien. Ese puede ser otro problema.

¿Y podemos hablar de terrorismo nuevamente en nuestro país?

¿Quién incendia? ¿Un poblador con justos reclamos? ¿Un peruano que quiere destruir su patria? Allí es donde tenemos que ponernos a pensar. ¿Qué está pasando y quién está interviniendo?

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