El presidente de la República, Pedro Castillo, pondrá en riesgo su gobierno y peleará contra el Congreso por la permanencia de su correligionario Iber Maraví, el ministro de Trabajo que perteneció a Sendero Luminoso –según documentos policiales– y, además, fue uno de los fundadores del Conare, la facción magisterial de la organización terrorista, que años después (2017) acogió al actual mandatario como su presidente de “lucha”.
Esto pese a la oposición que surge desde el Ministerio de Justicia. Y es que el mismo titular de la cartera, Aníbal Torres, afirmó ayer en un medio oficialista que “no habrá cuestión de confianza por el caso Maraví, eso está claro y ahí acaba el debate”.
Pero Torres, de inmediato, fue desautorizado por su propio jefe, el presidente del Consejo de Ministros Guido Bellido. “Son opiniones, creo que hay que tomarlo como una opinión del ministro. La cuestión de confianza la hace el presidente del Consejo de Ministros. Eso tiene que responder a una cuestión unitaria del Consejo de Ministros y eso tiene que ser planteado por el presidente y el jefe del Consejo de Ministros”, dijo Bellido en el frontis del Centro de Convenciones de Lima.
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Si esa aclaración no fuera suficiente, algunos minutos antes de la jalada de alfombra a Torres por parte del premier Bellido, la vicepresidenta de la República y ministra de Inclusión Social, Dina Boluarte, también le enmendó la plana al ministro de Justicia. “Las declaraciones del doctor Aníbal Torres habría que tomarlas como una declaración personal”, señaló Boluarte.
“El tema del señor Maraví está en el Congreso y, mientras no se haya presentado la solicitud de censura, nosotros como gabinete no podríamos todavía adelantar opinión si vamos a presentar cuestión de confianza o no. Nosotros nos reunimos hace unos días, el gabinete en pleno, y hemos dicho que vamos a esperar a que el Congreso resuelva si presenta o no la censura”, explicó la vicepresidenta.
CORTADOS POR LA MISMA TIJERA
Este caos al interior del gabinete tiene un responsable: el presidente de la República, Pedro Castillo. El profesor no es capaz de dar un mensaje claro a la ciudadanía sobre su posición alrededor de la continuidad del ministro Iber Maraví.
Lo que sí hace bien Castillo es escribir tuits ambiguos y tomarse fotos con el personaje cuestionado.
Ayer, el mandatario se trasladó hasta el edificio del ministerio de Trabajo en la avenida Salaverry en Lima para darle todo su respaldo a Iber Maraví. Quizá los distraídos se sorprenderán con este gesto. Pero lo cierto es que ambos personajes están cortados por la misma tijera.
Antes de convertirse en presidente de la República, Pedro Castillo fue presidente del comité de lucha del Conare, elegido por todas las bases regionales del magisterio que no reconocían al Sutep como sindicato. Ese evento le permitió hacerse conocido a nivel nacional. Luego de ello, estos profesores impulsaron la campaña presidencial de Pedro Castillo al interior del país.
Como quedó claro en el Parlamento durante la sesión de interpelación al ministro Maraví, el Conare es la facción magisterial de Sendero Luminoso y dentro de sus objetivos perseguía la liberación del terrorista Abimael Guzmán.
Iber Maraví fue vicepresidente del primer congreso del Conare, donde se eligió al radical Robert Huaynalaya como presidente de su junta directiva definitiva para el año 2004.
El Movadef, el organismo que surgió algunos años después del Conare para buscar legitimarse como partido político promovido, precisamente, por la facción magisterial de Sendero, ha defendido tanto a Maraví como a Castillo. Al primero, lo respaldó mediante un comunicado en 2014 en que calificó al actual ministro como un “mártir” del “periodismo digno ayacuchano”. Cuatro años más tarde, en 2018, el Movadef publicó una directiva en que llamaba a apoyar la huelga que, nuevamente, el profesor había iniciado aunque sin mucho éxito.