Luna padre e hijo deben más de 213 mil soles a jubilados
Luna padre e hijo deben más de 213 mil soles a jubilados

El actual congresista y su hijo, el regidor de la Municipalidad de Lima, José Luna Morales, mantienen una deuda de más de 213 mil soles con una jubilada de 67 años y sus cuñados, mayores que ella, por el alquiler de un local ubicado en la región Arequipa, en el que debía funcionar la Universidad Ciencias de la Salud, pero que ahora está ocupado por el Instituto Sabio Antúnez de Mayolo, ambas empresas fundadas por la familia Luna, de acuerdo con un informe emitido en Punto Final.

Esta historia se inicia en el año 2016, cuando Luna Morales firma un contrato de alquiler de un local con la señora Marta Mostajo, quien representa a sus cuñados mayores que ella, para el funcionamiento de la Universidad Ciencias de la Salud.

“Firmamos contrato en 2016 con José Luis Luna Morales por la Universidad Ciencias de la Salud. Todo estuvo muy bien, estuvo pagando puntualmente. El monto era 20 mil soles. Por temas de licenciamiento, hicimos una adenda para alargar el tiempo por seis años y seis meses, esto fue en el año 2018, hasta diciembre de este año”, narró la señora Mostajo a Punto Final de Latina.

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Con el paso del tiempo, el alquiler subió a 24 mil soles mensuales, hasta que llegó la pandemia y tuvieron que renegociar el contrato, en el que los jubilados les rebajaron el monto a los Luna.

“Fuimos solidarios y le bajamos el alquiler a la mitad, que en ese entonces ya estaba en 24 mil soles, y pagaron 12 mil soles un buen tiempo, hasta que en setiembre de 2021 empezamos a conversar sobre el nuevo contrato, porque nos enteramos que ahí funcionaba el Instituto Sabio Antúnez de Mayolo”, explicó la jubilada.

Lo que sorprendió a la mujer es que en la adenda, quienes administran el local quisieron incluir una cláusula con un dictamen judicial ante un eventual allanamiento. Mostajo y familia advirtieron que ahí había algo raro y no aceptaron.

“Cuando es previo dictamen del juez, hay que ir a un juicio, el cual, obviamente, no estamos capacitados en estarlo llevando, todos somos personas mayores. Yo soy la menor del grupo con 67 años. Si yo actúo en forma transparente, no voy a exigir nunca que vaya esta cláusula, ¿no? Porque ellos ya tienen planeado, entonces, quedarse el tiempo que quieran”, afirma en el reportaje de Latina.

Así, no hubo acuerdo para modificar el contrato, pero la adenda está vigente hasta el 31 de diciembre de este 2024 y las deudas se acumulan, mientras el local es usufructuado por otra institución educativa.


Qué bonita familia

En el local de Arequipa funciona hoy la sede del Instituto Sabio Antúnez de Mayolo, que no es quien firmó el contrato de arrendamiento, pero junto con la Universidad Ciencias de la Salud, tienen un historial ligado a la familia Luna.

De acuerdo con el reportaje de Punto Final, según los Registro Públicos, la primera arrendataria del inmueble, la Universidad de Ciencias de la Salud S.A.C. tuvo en su primer directorio a José Luna Morales, hijo del José Luna Gálvez. José Luna Mortales ya dejó la empresa en papeles, pero tuvo cargos como gerente y presidente del directorio.

El Instituto Sabio Antúnez de Mayolo, actual usuario del local, de otro lado, fue creado en 1999 bajo otro nombre: Telesup E.I.R.L., por el actual congresista José Luna Gálvez. Esta empresa, afirma el reportaje, fue literalmente la otra Telesup. Como se sabe, la familia Luna creó en su momento Telesup S.A.C., la razón social de la universidad sobre la que en marzo el Poder Judicial ordenó que sea incluida en la investigación preparatoria contra Luna Gálvez por presuntas irregularidades en la inscripción de su partido Podemos Perú ante la ONPE.

“Pero volvamos a la otra Telesup, Telesup E.I.R.L., fundada por Luna padre. También tuvo al hijo del congresista, el regidor José Luna Morales, como gerente de la empresa en Registros Públicos. La empresa cambió de nombre en 2019 y pasó a llamarse Sabio Antúnez de Mayolo E.I.R.L. Esta Instituto, abreviado ISAM, con sedes en Lima, funciona en el local de Arequipa, por el que no se estaría pagando el alquiler. Según Registros Públicos, José Luna Morales ya no tiene cargo en la empresa”, afirma el reportaje.


Clausurado

Punto Final acudió a uno de los locales en Lima del Instituto Sabio Antúnez de Mayolo (ISAM) y les dijeron que la parte directiva de la empresa no trabaja ahí, sino en una dirección del Parque Velarde, de la urbanización Santa Beatriz. Hasta ahí llegó la señora Mostajo para cobrar el alquiler, pero no solo no hay nadie quien atienda, sino que además el local tiene un letrero de clausurado.

En la sede de Arequipa dijeron que toda la parte administrativa y gerencial se ve en el local clausurado en Lima. Según la Sunat, la Universidad Ciencias de la Salud, la arrendataria original, también funciona en local vacío con letreros de clausurado. La jubilada se quedó sin cobrar y sin que alguien la atienda.

“Se ha mandado una tercera carta notarial, pero igual no contestan. Desde el momento que iniciamos las conversaciones, empezaron a atrasarse. Hay meses que me han depositado 1,100, 1,500, 1,000 y así, a poquitos, a poquitos. Recientemente han depositado a mayo, hemos terminado mayo de 2023 ayer en la noche. La deuda total asciende a 213 mil 150 soles”, relató Mostajo al canal televisivo, mostrado su frustración por ir de un lado a otro sin respuestas.

El reportaje detalla que ya no hay miembros de la familia Luna en estas empresas, según Registros Públicos, pero trataron de comunicarse con el regidor metropolitano José Luna Morales, quien firmó el contrato y la adenda en representación de una universidad para alquilar un local que hoy usa el instituto que alguna vez se llamó Telesup.

“No tuvimos comentarios del regidor José Luna, tampoco pudimos preguntar por los curiosos movimientos empresariales de las empresas nacidas en su entorno más cercano y familiar. Y es que este local, donde se supone que funciona la universidad Ciencias de la Salud y el Instituto Sabio Antúnez de Mayolo, oh sorpresa figura aún en la página web de la Universidad Telesup, como una de sus oficinas administrativas”, añaden.

Finalmente, lo más complicado para Marta Mostajo y sus cuñados, a esta altura de sus vidas, es cobrar sin éxito el dinero fruto del sacrificio familiar de toda una vida. “Yo tuve que verme obligada a hacerme un préstamo, por el que pago intereses, y ellos no van a reconocer”, concluyó la jubilada.


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