Morgan Quero, Ministro de Educación: “Si queremos un sector privado fuerte, necesitamos un Estado fuerte”
Morgan Quero, Ministro de Educación: “Si queremos un sector privado fuerte, necesitamos un Estado fuerte”

Muy comentada la reincorporación de los profesores cesados a la Carrera Pública Magisterial (CPM). Sería bueno explicarla.

Un grupo de profesores consideraba que la Ley del Profesorado, que estaba vigente en el momento en que surge la CPM, les quitaba derechos que ya tenían. Es un tema que tenemos que reconocer y reparar. Sería el 0.5% de los 400 mil docentes. El año pasado se convocó a un concurso para la CPM, se presentaron más de 280 mil candidatos y se habilitaron 73 mil plazas. Este 2024 esperamos 260 mil maestros. Y vamos a abrir 50 mil plazas. Todos estos profesores reincorporados tienen título y serán actualizados. Podemos fortalecer la meritocracia y reincorporarlos al sistema.

El fin de semana salió la denuncia de que hay más de 119 mil profesores sin título.

Hay que revisar esa información. La mayoría de esos docentes está en el sistema privado. Le pedimos a los directores de los colegios privados que puedan hacer esa revisión. Todos los profesores de nuestro sistema educativo público tienen título de profesores. Aprovecho en contar que vamos a llevar colegios modulares integrales a cada región del país. Una plataforma con Internet, electricidad y agua que no requiere el saneamiento físico y legal de inmediato. Es una innovación en infraestructura. Y hemos pasado de 5 mil a 10 mil Becas 18. Esperamos tener 50 mil al final del gobierno.

Tengo entendido que Jaime Saavedra se acercó.

No he tenido contacto con Jaime Saavedra. Hemos recibido al equipo del Banco Mundial para ver cómo podemos mejorar la colaboración. Y por supuesto le enviamos el saludo correspondiente, lo respetamos y apreciamos muchísimo.

Fue deportista. Y quiere impulsar el deporte.

Es una de las líneas de política pública que quiero impulsar. Jugué de joven en el Sporting Cristal, aunque soy hincha de la ‘U’. Luego tuve la oportunidad de ser preseleccionado en el equipo de menores sub-17 de la selección peruana de vóley.

Usted es de la ‘U’ y Alberto Otárola es un conocido hincha de Alianza Lima. Eso explica mucho… ¿No vieron el clásico juntos?

No tuvimos esa oportunidad, pero con mucho gusto… Yo a Alberto lo admiro mucho, es un excelente político y ha sido un gran premier. Ha ayudado mucho a la estabilidad del país y ha contribuido con su liderazgo a un trabajo integrado.

¿Qué tal la mano del nuevo premier?

Es una mano de liderazgo muy claro, con cualidades de diplomático, ya que ha sido embajador en la OEA. Él es oriundo del Cusco y tiene una mirada sobre el Perú y un conocimiento del sector público como pocos. Contribuye con su experiencia a la nueva etapa del gobierno.

¿Cómo define esta nueva etapa del gobierno?

Es una estrategia diversificada que implica que la presidenta esté en temas relevantes en donde pueda también cuidar ese diálogo con alcaldes provinciales y distritales. Pero, al mismo tiempo, estar en asuntos que implican la diferencia de los grandes proyectos que destraban obras, y que a veces por el rifirrafe mediático no se explican. Tenemos un reto que es APEC.

Cuando remarca la diferencia, ¿es respecto al gobierno anterior?

Me refiero a que cada sector tiene presencia en medios. Fue una instrucción de nuestro premier.

Otárola concentraba poder; ahora cada ministro es vocero.

Se busca una mayor presencia de todos los sectores. Con el MEF estamos trabajando los Colegios Bicentenarios, complementarios con los modulares. Es una inversión de más de S/2 mil millones para 75 colegios en nueve regiones. Un esfuerzo de gobierno a gobierno.

Irónico: Bicentenario con obras de gobierno a gobierno. ¿Podremos hacerlas sin corrupción?

Sí, ahí tenemos un reto como administración pública. Citando a los clásicos, como aquel texto de Basadre, a veces la administración pública es del grupo de los congelados. Sienten que cualquier firma es un riesgo y eso hace que los procesos burocráticos sean muy lentos. Tiene que ver con este nuevo escenario que vivimos: la era de la desconfianza. Y con la contrademocracia.

¿A qué le llama la contrademocracia?

No es lo contrario de la democracia, sino la profundización de la democracia pero por otros medios, como los jueces, la Fiscalía, los grupos mediáticos, el pueblo que se erige como un juez. Todo eso genera una tensión en el sistema político. Es un fenómeno global. Es un término acuñado por Pierre Rosanvallon. Todo eso genera espacios de mucha desconfianza. Y estamos bajo un escrutinio público cada vez más intenso. Todo se vuelve fiscalizable. Esa famosa judicialización de la política que tanto daño nos hace. Es parte de esta contrademocracia.

Los enfrentamientos con la Fiscalía hacen ruido.

Creo que los procesos en Fiscalía tienen que ir por otro espacio. Tendríamos que tener esas cuerdas separadas. Hay que darles primacía a lo político y a las virtudes cívicas que contrastan con el pasado. Entre 2016 y 2021 tuvimos una sucesión de presidentes. Y en 2021 tuvimos otro cambio con el golpe del expresidente Castillo. El Perú no puede seguir por ese derrotero. Que haya un espacio de libertad para criticar sin ningún problema, pero es distinto al de la Fiscalía.

¿Por qué en las encuestas van tan bajo?

No es solamente este gobierno. Hay un tema sistémico. Cuando asumió el gobierno con responsabilidad, valentía y coraje, no tuvo ese espacio de diálogo con la población para conocerse un poquito más. Los medios han sido muy críticos por distintas razones. No se ha sabido comunicar. Pero vamos a revertir esta dinámica.

¿Siente que los empresarios no valoran su viraje?

Yo agradezco, porque en un primer momento sí hubo esa gran apertura. En los últimos meses ha habido incertidumbre. Es parte de la época. Tenemos que reabrir ese espacio y atender las dudas. Por eso propongo el pacto social con el sector privado para desarrollar lo que nuestro país necesita en la educación superior técnica, en las secundarias profesionales y técnicas, y en los colegios privados. Tenemos que volver a sentarnos a dialogar. Recuperar la confianza.

¿Hay un tema de género con la presidenta?

Es un tema polémico. Pero es un reto para cualquier persona gobernar el Perú. El Perú es un país que tiene dificultades muy grandes a la hora de pensar su Estado. ¿Cómo llega el Estado peruano a lugares alejados? ¿Cómo responde el Estado rápidamente a las demandas ciudadanas? Ahí tenemos un principal escollo estructural. Tiene que ver con el pensamiento único y los aduaneros de la ideología. Con un discurso tecnocrático que durante muchos años parecía incontestable. Y ese pensamiento único que nos decía que había que focalizar todo, que había que restringir el gasto público, que no se podía subvencionar ni gastar. Tenemos que buscar un enfoque que nos permita reconciliarnos con nuestra sociedad. Cada vez que el Estado sale y va a la sociedad se encuentra en off side.

¿Es el pensamiento único tecnocrático liberal? Ya que el Estado no funciona, lo baipaseamos.

Así es. Se restringió demasiado el rol del Estado en términos estratégicos. Es un actor fundamental del reconocimiento y la cohesión social. Tiene que trabajar con el sector privado. Si queremos un sector privado fuerte, necesitamos también un Estado fuerte pero que trabajen en el mismo sentido a partir de una idea común. Una mirada demasiado técnica y un ultraliberalismo mal entendido para un país como el nuestro, con una diversidad tan grande, es algo que tenemos que cambiar. Atrevernos a tener un Estado que resuelva los problemas.

¿Un populismo al estilo mexicano, más PRI?

Un Estado que trabaje con justicia y equidad, social y solidario. Un Estado que dé la mano a los que más lo necesitan. Para eso necesitamos multiplicar los recursos con la inversión privada.

¿Cuál es la ideología de la presidenta? Ella y su hermano hablan de Alfonso Barrantes, de una izquierda democrática que cree en el libre mercado.

La presidenta es consciente y consecuente con la inversión privada. Y busca la justicia social. Tiene un gran respeto por la institucionalidad democrática, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Los aduaneros de la ideología siguen hablando de la izquierda y la derecha. Ese es el pensamiento único. Ella expresó públicamente que no ha abrazado la ideología de Perú Libre. Eso le valió ser expulsada del partido. Una señal más que clara de cómo ella ha zanjado.

¿La presidenta es pragmática?

Va más allá. Tiene un genuino espíritu de justicia social. Tenemos que trabajar con la inversión privada. Lo que no está bien es que tengamos monopolios y empresarios rapaces que abusan de una posición de dominio.

¿En qué rubros?

Hay varios. El Internet, por ejemplo. Tenemos el 80% de los estudiantes de la educación pública con acceso. No está mal, pero nos gustaría ver un poco más de generosidad y corazón de los privados. Hablamos mucho de las APPs. Queremos más becas. Es un país con 1′300,000 alumnos en el sistema universitario y solo damos 18,500. Es poquito. ¿Por qué no buscamos esa complementariedad para trabajar con empresarios por la educación?


“Hemos separado a 4 profesores sentenciados por terrorismo”


¿Cuántos profesores inscritos en el Movadef hay?

Hemos iniciado un proceso inédito. Hemos separado a cuatro profesores sentenciados por terrorismo. Ninguna persona que haya sido sentenciada por terrorismo puede hacer docencia en nuestras aulas. Estaban en colegios privados de Lima. No hay en nuestros colegios públicos ningún profesor sentenciado por terrorismo. Una persona sentenciada por violación tampoco puede ser profesor. Eso nos lo habilita la Ley 29988.

Solo es para sentenciados. Hay libertad de pensamiento.

Sí. Pero si detectamos incitación al odio y a la violencia, vamos a ser muy firmes. Estamos adecuando el currículo nacional. Vamos a incorporar perspectivas amplias. Y fortalecer lo que nos haga sentir orgullosos de ser peruanos, los valores cívicos, el respeto a nuestros símbolos patrios y el amor a la patria.

La presidenta ha visto de cerca la violencia subversiva.

Tenemos un rechazo frontal a cualquier presencia de grupos políticos vinculados al terror. Eso lo vamos a extirpar del sistema educativo.