María Elena Moyano fue representante de la Federación Popular de Mujeres de Villa El Salvador y después, se desempeñó como teniente alcaldesa del distrito. (Archivo El Comercio)
María Elena Moyano fue representante de la Federación Popular de Mujeres de Villa El Salvador y después, se desempeñó como teniente alcaldesa del distrito. (Archivo El Comercio)

Solo recuerda que había mucha sangre. Lo agarraron de la mano y lo sacaron de ese lugar, Villa El Salvador. Ya no volvió a casa. Pasó de Miraflores –casa de una amiga de su mamá-, a un convento, y después a Madrid.

Habían matado a mamá y el país era peligroso. Era el 15 de febrero de 1992

David Pineki Moyano lo cuenta desde España hoy que tiene 33 años, hizo una vida y formó un hogar.

Levanta la voz porque , una ex senderista, acaba de salir de prisión. En estos casos la ley y la justicia se separan. Su liberación le duele.

A David, a los ocho años, le quitaron a su madre y lo desarraigaron de su hogar, porque quedarse no era una opción. lo hizo. Y él no puede perdonar. "No puedo perdonar a quienes no han pedido perdón", explica. Tiene derecho, probablemente tenga razón.

Fue con el pasar de los años que entendió la complejidad de lo que le había sucedido. Porque él fue la victima que se quedó. Reconstruye a su madre con los textos y las palabras que se le dedican. La revive ahora que ya casi tiene la edad que ella tenía cuando se fue.

Y, por otra parte, también revive a Sendero. Él –lo explicó tajantemente- no cree que cambiar de nombre los haya cambiado. No les cree. “Ellos trataron de hacer una revolución dentro de su forma de pensar, con sangre”, explicaba sobre ellos en un video que subió a las redes sociales.

Pero no retraten a David como una persona llena de odios y resentimientos. “Estoy contento”, dice. Y es que recuerda lo que le repetía mamá una y otra vez: "David, tienes que ser fuerte pase lo que pase".