“Quizás haya sido la mayor tragedia del país”, dice Salomón Lerner Febres, sentado en su oficina, cuando intenta describir lo que pasó en pocas palabras. “Un desencuentro terrible entre peruanos, en donde una ideología totalitaria y manejada por una persona absolutamente endiosada llevó a que miles, cerca de 70 mil personas, murieran en el país. Un número que excede el de los muertos en la Guerra del Pacífico.”

Se incide en la pobreza y el racismo como las causas de la guerra. Martín Tanaka criticó el argumento del racismo.

El 85% de las víctimas eran de Ayacucho, Junín, Huánuco, Huancavelica, Apurímac, San Martín. El 56 % de las víctimas eran agricultores. El 75% eran quechuahablantes. El 68% solo tenía primaria. ¿Por qué? El Estado no les dio educación. ¿Por qué eran quechuablantes y no hispanohablantes? Hubo una no comprensión y un no tomar en cuenta al quechua como lengua peruana. Nadie quiere establecerlas como únicas causas. Pero ésa era la situación. La principal causa, y en eso supongo que Tanaka sí estaría de acuerdo, es el surgimiento de una ideología violentista. Pero esa ideología prende en un caldo de cultivo que es la pobreza.

Claro, porque hay pobreza en otros lugares donde no ha surgido Sendero. Y el quechua es oficial desde 1975. Nominalmente.

Nominalmente. Entre comillas. Es un fenómeno complejo. Y en ese sentido, si quiere le doy la razón a Tanaka. No hay una única razón.

Tanaka también habla de las ‘marcas de origen’ de izquierda.

La izquierda mayormente no condenó a Sendero. A la derecha tampoco le importó. La CVR no tenía sesgos políticos. Yo soy apolítico. Los padres Gastón Garatea y Antúnez de Mayolo son sacerdotes. La señora Sofía Macher era de la Coordinadora de Derechos Humanos. El señor Lay es una persona derecha. Carlos Iván Degregori era de izquierda, pero inteligente. Quizás el más criticado fue Carlos Tapia. Morote era una excelente persona. Tuvo una actitud muy transparente y recta. Eso de marca de origen no es aceptable. Más allá de simpatías políticas, eran honestos e inteligentes. La CVR no le hace guiños a nadie, ni a la izquierda ni a la derecha, ni al Estado ni a las FFAA. Y por supuesto, en absoluto, a Sendero. La CVR nunca se ha puesto por encima de las críticas. El informe final de la CVR es perfectible.

¿Faltó investigar más? Las madres de Sendero, por ejemplo. En el 2012 se supo más sobre Soras. ¿Ha cambiado su visión?

No. Se ha reafirmado lo que dijimos. Hay muertes que no llegamos a anotar del todo. Difícil que las madres digan ‘mi hijo era de Sendero’.

¿Cuáles fueron los referentes, Argentina, Uruguay, Sudáfrica?

Argentina, Chile. La que más influyó fue la sudafricana, por las audiencias públicas para darle voz a los que no tenían.

¿Por qué no se filmó terroristas?

No queríamos darles publicidad ni transmitir sus ideas. Suficientemente ofendida estaba ya la sociedad. Pero las transcripciones están.

¿Puede la subversión dar reparaciones? Hubo cuentas del MRTA y terrenos ligados a terroristas.

La única manera que tenían de reparar era cumpliendo penas. Creo que todo eso fue tomado por el Estado, que yo sepa. Hubo reparaciones imperfectas. Toledo pidió perdón por televisión, pero no se trata de eso sino de que el Estado se ocupe de esas sociedades, les de educación y no las abandone.

Habló de Argentina, pero acá Sendero se enfrentó a una democracia.

Empieza la democracia ignorando que Sendero ya se gestaba. El gobierno militar o no supo que Sendero estaba trabajando ya o se calló. Creo yo que se calló. Y el gran defecto de los tres gobiernos: le dieron carta libre a las FFAA y policiales. Los políticos se pusieron de perfil.

¿Guzmán fue un loco o fue un marxista-leninista consecuente?

Llega un momento en que se tocan. Cuando uno entiende una determinada ideología como única y verdadera, no interesa el precio a pagar. Hay un espíritu religioso y mesiánico en Guzmán. ‘Salvo el poder, todo es ilusión’ es la idea. Un hombre cuadriculado, muy consciente de su poder. Pero muy cobarde después. No se suicidió, algo que se podía esperar. Un Dios no se mata.

¿Hubo una autocrítica del APRA, AP, la izquierda y el fujimorismo.

Quizás el APRA en declaraciones de García. Aunque en sus ‘Metamemorias’ se tira contra la CVR y contra mi. Acción Popular, no. Paniagua estaba molesto. Fujimori debería reconocer que cometió delitos de lesa humanidad. La izquierda… ¿cuál es la izquierda? Siempre es distinta. No tomaron distancia de Sendero.

¿La elección de Castillo prueba que no nos hemos reconciliado?

Si Castillo hubiera sido otra cosa. En principio, la elección de alguien que no es de la élite y tiene conciencia social sería muy bueno, en lugar de elegir a la sucesora de un dictador. Pero no basta ser de raza cobriza o decir que se busca la justicia para ser inteligente y honesto.

Pero Castillo estaba con el Movadef y Maraví. Quedó claro con la huelga. ¿Votó en blanco?

Fenate, Conare… Estaba cerca del Movadef. Pero nadie lo sabía. Quedó claro, pero no para todos. Y la Fujimori no lo hizo conocer tampoco. Yo voté en blanco. Por Fujimori nunca he votado. Ni por Castillo.

¿Más allá del terruqueo hay subversión? ¿En la toma de aeropuertos de diciembre, como dice el premier? Partiendo de que ningún terrorista va a decir ‘soy terrorista’.

Tendría que decir ‘soy terrorista y un tonto’. Lo que hay hoy son restos de la subversión. Hay personas pero no un movimiento. Lo cual no significa que no haya elementos infiltrados. Pero no se puede decir que la manifestación haya sido dirigida por. Veo más bien excesos del Estado.

¿Le espera una CVR a Dina Boluarte?

No creo, porque la cosa es clara. Es evidente que hubo una respuesta que no estaba a la altura de las amenazas. Hay una responsabilidad. No sé si la vayan a enjuiciar o no.

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Entrevista Salomon Lerner

“VIVIMOS LA POLARIZACIÓN A PARTIR DEL PASADO” - GILBERTO HUME

¿Cuánto de verdad y reconciliación hubo a 20 años de la CVR?

No hubo reconciliación. Quienes debíamos reconciliarnos somos los que vencimos a Sendero, principalmente los militares y policías, pero también los defensores derechos humanos que hicieron ver los errores y permitieron que se fuera construyendo una teoría para la guerra antisubversiva. Vencieron los dos, pero la CVR no logró la reconciliación de ambos bandos que hoy se expresan en varias vertientes, como por ejemplo fujimorismo y antifujimorismo.

¿Se singularizó a Sendero? No se le explica como la radicalización de la izquierda.

No fue concebida como una guerra contra un partido político sino contra un movimiento terrorista, como lo calificaban los militares. El terrorismo es un método. Pero para la sociedad era la guerra contra un partido que tenía una visión fundamentalista marxista leninista maoista que explicaba todo con la polarización. Ricos y pobres, proletarios y burgueses, blanco y negro. Y la riqueza está en los grises. Es la deformación del fotógrafo. El blanco y el negro son la negación de la imagen.

La polarización creó esta falsa equivalencia entre dos fuegos o teoría de los dos demonios.

Exactamente. La CVR nos deja una discusión abierta entre defensores de derechos humanos y militares. Sendero prácticamente es un pretexto para la discusión. El museo (LUM) está dividido entre las acciones de Sendero y las violaciones de derechos humanos, como si fueran los dos elementos a contraponer. No recuerdo un área dedicada a las victorias militares, a las viudas y huérfanos. Al final ves la fuga de Fujimori a Japón, que no tiene nada que ver. Es el mensaje que nos dejó la CVR: fujimorismo y anti fujimorismo.

Viniendo de la izquierda, vio la evolución del proceso.

Identificamos terorrismo con Sendero pero no con el MRTA o con grupos organizados como hubo en las movilizaciones de diciembre, que buscaban sembrar el terror. Nos dejó esa deformación. Entonces no podían ser terroristas porque no eran senderistas. Sí eran terroristas porque eran pequeños grupos que estaban buscando sembrar el terror. También nos dejó esta polarización que nos lleva a criticar cualquier diálogo. Cualquier discrepancia solo se puede zanjar con la aniquilación del contrario. El bando victorioso tiene que destruir al otro e implantar una dictadura.

Se ve en el Congreso y los medios.

En otras sociedades la polarización es alrededor del presente. Nosotros vivimos la polarización a partir del pasado. Eso hace que tengamos una juventud organizada en función de eso, sin visión de futuro. Jóvenes que son antifujimoristas aunque nunca han vivido el fujimorismo. Y son los más radicales.

Pensando en la cobertura de la CVR, ¿hubo vacíos?

Tengo la deformación de lo visual. No recuerdo imágenes de los militares explicando su versión. O de las viudas y sus huérfanos. Los militares tampoco buscaron la simpatía del pueblo. No nos dejaban entrevistar a los soldados. No querían dar esa imagen. No sabemos la historia del capitán Colina. No hay un día para conmemorar la victoria contra Sendero.

No hay una autocrítica de los gobiernos que no crearon su narrativa. No siempre quien gana la guerra escribe la historia.

Dejaron todo en manos de los militares. El comando de la guerra debe ser civil. Hasta Mao lo dice: el partido debe mandar al fusil.

Se fujimorizó el discurso de la guerra al terrorismo.

Ése es mérito y culpa de Fujimori. Él asumió la responsabilidad de la guerra. Y así lo estamos pagando.

Seguimos polarizados con el anti. ¿Cómo romper esta inercia?

Hablar. Dialogar. Romper esta lógica de que no se puede hablar entre contrarios. Tengo una foto de Marka con Villanueva, Barrantes, Grados y Morales Bermúdez. Nadie hacía escándalo. Acuérdate la famosa Convivencia APRA-UNO. La izquierda levanta ‘la traición del APRA’. Quien cambia de posición es visto como un traidor. Yo lo he vivido personalmente. He cambiado por mi experiencia de vida. Justamente, por ser más radical, me meto en cosas y veo los problemas que tenía mi posición.

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Gilberto Hume sobre la Comisión de la Verdad y Reconcialiación