Dos ciclistas perdieron la vida por la imprudencia de un conductor. Ninguna autoridad visitó la zona del accidente para tomar medidas. (Foto: GEC)
Dos ciclistas perdieron la vida por la imprudencia de un conductor. Ninguna autoridad visitó la zona del accidente para tomar medidas. (Foto: GEC)

Así como una gran parte de la población siente inseguridad ante la enorme ola de criminalidad que gobierna en el país, lo mismo pasa en las carreteras.

Tan solo en esta última semana, la ha sido escenario del fatal desenlace de cinco personas. El domingo 22 de octubreperdieron la vida en el km 17.5, cuando un vehículo que venía a gran velocidad impactó por detrás a la unidad que los escoltaba. El lunes 23, en el km 31, una persona falleció tras el choque de un ómnibus contra un auto y después contra una palmera. Como suele ocurrir en este tipo de accidentes, se generó una gran congestión vehicular en la vía rápida. Y el martes, en el km 27, dos personas fallecieron tras un triple choque entre un tráiler, una miniván y un auto.

Resulta increíble que estos siniestros hayan sucedido de manera continua y que en todos haya vidas que lamentar; por ello, resulta importante hacer un diagnóstico de esta importante vía.

La Panamericana Sur (Ruta nacional PE-1S) recorre los departamentos costeros de Lima, Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna, exactamente hasta la frontera con el país vecino, Chile. Además, tiene una longitud de 1,234.52 km. Si bien es una vía nacional de primera clase, presenta serias deficiencias en el diseño, además de nichos funerarios cada cierto tramo.

Según cifras del Observatorio Nacional de Seguridad Vial del (MTC), de enero a agosto de este año, solo en la Panamericana Sur han ocurrido 527 siniestros de tránsito, los cuales han dejado como resultado 524 fallecidos.

El año pasado, la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías () posicionó a la Ruta nacional P1-1S —dentro del top 20 de siniestros en la red vial nacional— en el segundo lugar. En 2022, la Panamericana Sur registró 977 siniestros viales; de esta cifra el 7% terminaron con consecuencias fatales. Pero ¿qué hace que esta ruta sea, día a día, un asfalto cubierto de sangre?

Para el ingeniero civil y experto en ingeniería vial de la empresa Transis, Mario Candia, la primera particularidad que distingue a la Panamericana Sur de otras vías como la Panamericana Norte o la Carretera Central es que es una vía de alta velocidad. “Si bien ambas lo son en teoría, la Panamericana Norte, por tener varias intersecciones, es más lenta y desordenada. En cambio, la Panamericana Sur suele ser un poco más ordenada, pero, a su vez, eso genera más velocidad”, sostuvo a Perú21.

Diseño y colapso

En conversación con este diario, el ingeniero chileno Juan José Sánchez —invitado para la Convitran 2023— manifestó que la Panamericana Sur presenta un diseño geométrico no muy acorde a los volúmenes de tránsito. “La ruta está colapsada por los flujos; eso es evidente. Pero, aparte de diseño geométrico, hay múltiples obstáculos o puntos duros, que si un vehículo choca, lo más probable es que los conductores o los pasajeros fallezcan. Por ejemplo, árboles, postes de iluminación, estructuras muy próximas a la calzada. Entonces, hay tramos que tienen barreras para protegerlos y otros tramos que no los tienen”, explicó.

Parte del accidente también es el después, es decir, cuando la desgracia ya está hecha. Desde 2002, el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) es requisito imprescindible de quienes están al volante, esto con el fin de cubrir los gastos médicos e indemnizaciones a causa de un accidente de tránsito. “Al día de hoy, nosotros emitimos aproximadamente 3 millones y medio de certificados de SOAT. Siempre recomendamos que tengan la licencia de conducir correcta, tener al día la revisión técnica y tener al día tu SOAT, que se puede adquirir de manera física o electrónica”, refirió Eduardo Chávez de Piérola, gerente legal de la Asociación Peruana de Empresas y Seguros (Apeseg).

A pesar de ello, muchos vehículos informales le sacan la vuelta y acumulan un sinfín de faltas, como la miniván que protagonizó, el pasado 24 de octubre, un triple choque que ocasionó la muerte de dos personas. La unidad tenía 27 papeletas pendientes y órdenes de captura por deudas de S/15,629.

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“La imprudencia del conductor, en realidad, increíblemente, en nuestro país, no es la enfermedad. La enfermedad es la falta de fiscalización y la falta de infraestructura. Entonces, como tenemos mala infraestructura y mala fiscalización, la cultura vial se ha degradado a tal punto que la gente hace lo que le da la gana”, comenta Mario Candia, de la consultora Transis.

Una de las soluciones a la problemática que engloba esta ‘enfermedad’ es la mencionada por la Asociación Automotriz del Perú: la creación de la Agencia Nacional de Tránsito y Seguridad Vial (ANTSV), propuesta que tiene más de seis años.

“Somos uno de los pocos países donde no hay una entidad central que se dedique a la seguridad vial, que lo tenga como responsabilidad, pero que también tenga el financiamiento, el estatus y el poder para tomar decisiones. Hay una dirección de seguridad vial en el MTC, pero en realidad está muy limitada, tiene las manos atadas por una serie de limitaciones en su capacidad de ejecución. Ese es el problema”, agregó.

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