Más peruano que un suculento zapallo loche, Héctor Solís, el artífice de la magia culinaria del restaurante Fiesta, ha transformado la cocina lambayecana en una experiencia imprescindible todo el año, pero, sobre todo, en Fiestas Patrias.
Por su cocina pasan los platillos que aprendiera de niño, cuando su abuela regentaba una de las picanterías chiclayanas más recomendables de la época. Luego, terminó de cuajarse su vena culinaria cuando trabajó de mozo en el restaurante que su padre, don Alberto, abrió en su propia casa.
Héctor, ahora con locales en Lima y Chiclayo, se lanza a preparar un menú digno de un libertador. “Un Iceberg Mochica con todos los productos que vienen de Lambayeque, Piura y Tumbes. Murique, Erizos, langostas de Puerto Eten, pulpo de Pimentel, langostinos de Tumbes, navajas de Chimbote, arroz con pato, tortillitas de choclo, un pato de fiesta relleno y la cerveza Chakupe para celebrar y decir ‘¡Salud, general don José de San Martín! ¡Feliz aniversario, Perú!’”.