Gabinete de transición. (Foto: Alonso Chero - GEC)
Gabinete de transición. (Foto: Alonso Chero - GEC)

Hasta que se elija un nuevo Congreso de la República, el nuevo gabinete ministerial, encabezado por Vicente Zeballos, tendrá la delicada tarea de mantener la estabilidad del país. El presidente Martín Vizcarra y su primer ministro han apostado así por profesionales, en su mayoría, cercanos al entorno gubernamental y que además cuentan con significativa experiencia en distintas áreas administrativas del Estado.

En el conjunto destaca, por supuesto, la nueva titular de Economía y Finanzas, María Antonieta Alva Luperdi, quien, pese a ser la más joven del equipo, de bisoña tiene más bien poco, ya que trabaja hace más de una década en el sector público, especialmente en el Minedu y en el MEF. Ella tendrá en sus manos la responsabilidad de relanzar políticas en favor del empleo y la inversión, que comiencen a movilizar a las fuerzas productivas del país y lo saquen del marasmo en el que el obstruccionismo, la falta de decisión política y las revelaciones sobre la corrupción en un sinfín de obras de infraestructura lo han atenazado en los últimos años. Tremendo desafío, si tenemos en cuenta el aún enrarecido contexto en el que iniciará su mandato.

A Relaciones Exteriores va un diplomático de carrera como Gustavo Meza-Cuadra, que es lo que corresponde, y en Justicia estará Ana María Revilla, quien trabajó con Allan Wagner en el proyecto de reforma de nuestro sistema de justicia, por lo que está ya familiarizada con el respaldo presidencial a la lucha contra la corrupción que lidera el equipo Lava Jato y un importante contingente de personalidades y profesionales honestos en el Ministerio Público. La sorpresiva presencia de un exparlamentario de Fuerza Popular como Francesco Petrozzi en el ministerio de Cultura amplía el abanico y genera expectativas.

Esta transición se ha iniciado, pues, pacíficamente, sin pánico financiero ni agitación en la bolsa, con muy aislados y reducidos episodios de violencia callejera y fuera de la sucesión de altisonantes admoniciones de algunos exparlamentarios. Todo indica que el gabinete Zeballos, una vez que el polvo levantado por el cierre del Congreso se asiente y el aire se disipe, tendrá algún margen para trabajar. Esperemos que ponga al Perú en marcha de una vez por todas, pues hay muchísimo que hacer.