Un partido, tres cabezas. (Foto: Lino Chipana / GEC)
Un partido, tres cabezas. (Foto: Lino Chipana / GEC)

Luego de ver los primeros anuncios para los comicios del 26 de enero próximo, la impresión inicial es que los partidos tradicionales como Fuerza Popular, el Apra y Solidaridad Nacional no tienen ninguna voluntad de cambio. Están atrapados en su propia burbuja, como si nada hubiese ocurrido durante los últimos tres años. Para ellos no es necesario repensar su rol en el país, ajustar tuercas a la interna, apostar por la renovación y encontrar un camino distinto al que los ha llevado al borde de la extinción, arrastrando al país con ellos.

Las listas de candidatos que han presentado parecen un premio a la confrontación improductiva, a la necedad terca y a las argollas. De todas, la de Solidaridad Nacional se gana el premio. Estaba cantado que este partido sin personalidad que trascienda a Luis Castañeda sería el Caballo de Troya del fujimorismo, pero era difícil imaginar que lo sería de manera tan grosera: lleva a Rosa Batra, Yeny Vilcatoma, Nelly Cuadros, Mario Bryce (el “combativo” periodista del Canal del Congreso), Juan Maelo (el de la fuerza de choque La Resistencia) y, ahora, a Lucía de la Cruz, solo por dar algunos ejemplos. Todos públicamente naranjas que se quieren disfrazar de Solidaridad Nacional, pero el cambio no es real. El bando se mantiene.

En el fondo, Fuerza Popular, el Apra y Solidaridad Nacional son el mismo partido, solo que con un logo distinto. Vean cómo han actuado los últimos años y luego véanlos actuar ahora. Salvo contadas excepciones, sus listas de candidatos para esta elección podrían ser chocolateadas y daría igual: su agenda es idéntica, protegen a las mismas personas, gestionan intereses afines y proyectan un futuro similar. Ni la gimnasia argumentativa más sofisticada podría demostrarnos lo contrario: son un partido con tres cabezas.

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