"Este Congreso será “histórico”, pero no por “buena labor”, sino por circunstancias de la pandemia, la elección tras la disolución “ilegal” del Congreso de 2016-2021 y el populismo de sus propuestas antitécnicas". | Foto: Andina / Cortesía
"Este Congreso será “histórico”, pero no por “buena labor”, sino por circunstancias de la pandemia, la elección tras la disolución “ilegal” del Congreso de 2016-2021 y el populismo de sus propuestas antitécnicas". | Foto: Andina / Cortesía

Este Congreso será “histórico”, pero no por “buena labor”, sino por circunstancias de la pandemia, la elección tras la disolución “ilegal” del Congreso de 2016-2021 y el populismo de sus propuestas antitécnicas e inconvenientes para el país. Tras la confianza otorgada al gabinete Martos, la relación Ejecutivo/Legislativo debería mejorar, pero el calendario electoral anticipa que prevalecería el apetito populista y confrontacional preelectoral de 2021. Vizcarra moderará el “pecheo” al Congreso, pues no puede plantear cuestión de confianza, cerrarlo ni observar leyes sobre la reforma constitucional. No anticipamos grandes reformas pese al Pacto Perú.

El Parlamento tiene nueve bancadas y hasta 17 facciones (El Comercio, 17 de agosto) y un corto periodo para completar el mandato vigente; no parece dispuesto a reformas profundas ni trascendentes, y deja traslucir intereses particulares y/o electorales. Los proyectos se aprueban sin debate en comisiones, sin rigor técnico ni análisis costo-beneficio. No se vislumbra un legado positivo. Algunos anticiparon que este podría ser el peor Congreso de la historia y eso es mucho decir. Acaba de declararse inconstitucional la ley congresal que suspendía pago de peajes; pareciera que el TC tendrá ardua labor.

Quienes pugnaban por un nuevo Congreso rasgan vestiduras lamentando el actual, advertido por algunos al ser un mandato corto, sin experiencia y con pocos partidos. El actuar congresal podría impactar en las elecciones, pues los candidatos presidenciales deberán responder por lo que hagan sus bancadas.

El Congreso y el presidente han gozado de aprobación coyuntural, pero la historia emitirá su juicio con cifras de contagios, muertes por millón, mala apertura económica, populismo legislativo y debacle económico, proyectando una caída de 14% del PBI.

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