Elecciones (Perú21)
Elecciones (Perú21)

Sobre la novedad de esta campaña. Es importante recordar que no contaremos con alcaldes compitiendo por su reelección. La ley lo prohíbe. En 2015 el Congreso aprobó la modificación de tres artículos de la Constitución como reacción a aquella ola de procesos judiciales contra alcaldes y presidentes regionales (ola que aún no termina). Nadie está seguro de que esa medida haya sido clave para disminuir de forma significativa la corrupción en los gobiernos locales y subnacionales.

Sobre las propuestas en competencia. Hace poco una colega fue invitada a una reunión para conocer a una candidata de un distrito emblemático. Le preguntaron cómo debía ser la campaña. Ella explicó que una campaña se diseña a partir de una propuesta electoral, del diagnóstico y las metas que la candidatura ofrece. No la entendieron. Encontró a un grupo de entusiastas que critican con dureza a la gestión actual, pero no tenían una idea clara de qué se debe hacer en ese municipio. Puro voluntarismo. Me temo que esta irresponsabilidad cívica debe estar multiplicada en la mayoría de distritos, provincias y regiones del país.

Sobre los candidatos anunciados. Los rostros que aparecen por avenidas, calles y parques son diversos. Dado que sus eslóganes son generales y semejantes, no se sabe en qué consistirá la verdadera diferencia entre unos y otros. Algunos, inclusive, nos ofrecen solo su retrato, sin frase ni promesa respectiva, como si una sonrisa impostada bastara para ser municipalmente más atractivo. Lo preocupante es que no sabemos nada de ellos. ¿Tienen experiencia previa en la gestión pública, una idea de ciudad deseable, una sincera vocación de servicio?

Sobre la regulación publicitaria. No existe. La ciudad se llenará de carteles de distintos tamaños y diseños. Uno más feo que el otro, ciertamente. Esta inundación visual nos dirá mucho acerca de la consistencia programática de cada candidato. Mientras más carteles sean sembrados, al punto de que pongan en riesgo la seguridad de los vecinos porque tapan semáforos y otras señales de tránsito, más sabremos acerca de su idoneidad. Mientras más feos sean sus anuncios, más evidente nos resultará cuál es la estética que proponen para mejorar esta empolvada y caótica ciudad.

Sobre actual gestión metropolitana. Pobre Castañeda. Nunca se imaginó terminar así, con tan baja popularidad, con proyectos a medio camino que no inaugurará, con nuevas obras de infraestructura que no han resuelto el flujo automotor; en fin, con una gestión tan deslucida. Hace más de dos meses se repavimentó la Vía Expresa de Javier Prado y todavía no se pintan las señales de tránsito respectivas. La pista está renovada, pero el desorden es total. Acaso este es un buen símbolo de su legado. Más obras, el mismo caos.