(Foto: GEC)
(Foto: GEC)

La comisión de alto nivel que envió el gobierno a Chalhuahuacho el día de ayer, presidida por el ministro Roberto Sánchez, del Mincetur, volvió a fracasar, al igual que el domingo pasado, en vista de la improvisación y, sobre todo, la tozudez de Aníbal Torres, quien no ofrece disculpas a las comunidades campesinas de Cotabambas después de insinuar que lo querían secuestrar.

Sumen la serie de negligencias que comete la PCM desde el viceministerio de Gobernanza, convocando a última hora, con un día de anticipación. Ayer mejoraron porque convocaron dos días antes. Se requiere coordinaciones previas de los equipos de avanzada, que garanticen la participación y tal vez algunos acuerdos previos mínimos; para lo cual se requiere recuperar la confianza que está perdida después de las deplorables expresiones del premier.

Pretenden tener la reunión junto a todas las comunidades en conflicto, sabiendo que cada una de ellas tiene sus propias demandas e inclusive hay cuestionamientos entre las propias comunidades, como el caso de Chila y Choaquere, que reclaman sus terrenos comunales a la comunidad de Fuerabamba.

Lo más grave es que en el problema latente están exponiendo a otra comunidad, Huancuire, que tiene que tener una atención especial, puesto que el futuro de Las Bambas está en juego, ya que la viabilidad radica en la predisposición de la comunidad de Huancuire para que se desarrolle el siguiente tajo abierto, denominado Chalcobamba, según el EIA vigente.

La crónica de este nuevo fracaso lo anuncié ayer muy temprano en una emisora radial nacional, donde expuse esta serie de negligencias de la comitiva presidida por Sánchez y recomendé al premier Torres que ofrezca disculpas públicas para retomar el diálogo. Como no lo hicieron, simplemente los comuneros decidieron abandonar el recinto, dejando en el aire al ministro Sánchez. Levanten el estado de emergencia inmediatamente si no quieren seguir poniendo en jaque a la minera Las Bambas y, finalmente, a todo el país.