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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

La vida contiene momentos difíciles, situaciones injustas, circunstancias violentas y escenarios desagradables que pueden herir tu sensibilidad. Incluye personas que no piensan como tú, que hacen cosas que te pueden chocar y que hablan de ti u otros como tú de maneras que te pueden ofender.

En la vida, muchas cosas no van a salir como quieres y ello no se debe a que te están discriminando, o que algún odioso grupo está conspirando contra ti, ni significa que necesitas exigir protección de tus padres o las autoridades, o de algún profesional o gurú, o demandar desagravios.

En la vida no vas a poder resolverlo todo y deberás enfrentar angustias, dudas, posiciones que contradicen las tuyas, hechos desagradables; vas a tener que aprender a evaluar objetivamente las situaciones, no tomar tus deseos y emociones por realidades.

Si todo lo anterior te parece demasiado, hay una alternativa: quédate en casa o frecuenta lugares protegidos de palabras impertinentes, personas diferentes y situaciones complejas; o vive en línea, enredado en las redes sociales, donde encontrarás espejos reconfortantes que validarán todas tus concepciones, rabias, temores y expectativas; y te acompañarán en cruzadas, indignaciones, defensas y juicios para poner en la picota a los que presentan una imagen distinta. Una vida sin contexto y permanentemente litigante.

Es cierto que no pediste ingresar en la vida. Salir de ella voluntariamente no es aceptable. Como ambos hechos —tu ingreso y tu salida— dependen, ya sea de un ser superior o del más absoluto de los azares, no hay a quien iniciar un juicio.

No es recomendable que vivas la vida acompañado permanentemente de médicos, psicólogos, abogados, padres y otros protectores.