[Opinión] Sandra Belaunde: La educación de Amador para Perú

Muchas veces utilizamos la palabra política como una mala palabra. Frases como “no me meto en política” o “la política es un desastre” son parte del día a día de los peruanos cansados, frustrados y desengañados con la debilidad de las instituciones. Sin embargo, esa actitud, por más comprensible que sea, no nos lleva a una sociedad mejor, que es el objetivo de una vida en sociedad, una vida humana.

El filósofo y escritor español Fernando Savater escribió a principios de los noventa para su hijo Amador, que era adolescente en ese entonces, un libro sobre la ética y otro sobre la política, como conceptos básicos para la libertad. Como Amador, los leí también de adolescente y los vuelvo a leer ahora porque no pierden la vigencia y el recordatorio es necesario.

El filósofo le explica a su hijo que la ética y la política coinciden en su objetivo, que es una vida mejor para las personas, que por naturaleza vivimos en sociedad. La diferencia es que la ética es personal, está en nuestras propias manos. La política, en cambio, la negociamos entre todos. La ética logra mejores personas; la política, mejores instituciones.

Tanto la ética como la política están relacionadas con la libertad. La libertad entendida como responsabilidad de responder por nuestros actos. Quien no admite su responsabilidad rechaza su libertad personal y pública.

A la política solo se le pueden pedir soluciones políticas. A la mala política, como dice el filósofo, hay que combatir con buena política. Es imprescindible hacer política, pero eso no quiere decir hacer política por una persona o por un grupo, sino política por una democracia fuerte, por un Estado de derecho y por instituciones confiables. Todo esto para llevar una vida mejor.