Solidaridad con fallecidos en protestas en Puno. (Foto: Difusión)
Solidaridad con fallecidos en protestas en Puno. (Foto: Difusión)

Estoy convencido de que en estas circunstancias que vive el país, y sobre todo ante la escalada de violencia, es un deber insoslayable de cualquier ciudadano, y más aún de los políticos, contribuir a lograr la paz social en el país.

Por eso la responsabilidad de esta coyuntura es compartida porque, desde los mensajes, pronunciamientos e inclusive al momento de publicar información, se exhorta prudencia y buen juicio; porque ya fuimos testigos de las acciones de varios sectores interesados en que la conflictividad escale al extremo de incentivar la violencia y esto debe ser condenado explícitamente.

La pérdida de una vida es una tragedia y finalmente les corresponde hasta una reparación civil, que solo será un consuelo porque el dolor infligido de un ser querido perdido no tiene parangón, pero es una carga que tiene que asumir el gobierno de turno y el Estado.

Dicho esto, es necesario expresar las condolencias a los deudos de los fallecidos, que deben estar pasando momentos tan duros y con empatía tratar de ayudarles con las respuestas que deben rondarles: ¿por qué son ellos las víctimas de esta espiral de violencia?, ¿tiene sentido el sacrificio de las vidas de sus familiares muertos e inclusive de los heridos?

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Por eso es importante la reparación del Estado y una investigación prolija del sistema de justicia que pueda explicar a estas familias las razones de las muertes y determinar los responsables, porque hay una demanda por justicia y considero que es simplista solo acusar a la Policía o a las Fuerzas Armadas de estos hechos; hay también otros responsables que instigaron y propiciaron este escenario lamentable.

Entonces, en este momento, se requiere que las instituciones judiciales tengan la mejor predisposición para atender las denuncias y desde el Ministerio de Justicia deben acompañar con empatía a las familias en estos procesos engorrosos que incluyen la reparación.

De parte de la sociedad, debemos generar lecciones aprendidas y no volver a repetir esta espiral de violencia. Que se entienda que nunca será el camino para una protesta legítima.

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Carlos Morán