[OPINIÓN] Richard Arce: “¿La Rosa de Guadalupe? No, de Essalud”.
[OPINIÓN] Richard Arce: “¿La Rosa de Guadalupe? No, de Essalud”.

Después de que El Peruano publicara la remoción del cargo de presidenta de Essalud de la exministra Rosa Gutiérrez y la nominación en su remplazo de César Linares, se ha generado más inestabilidad en el precario gobierno de Dina Boluarte y, al parecer, la novela recién empieza después de los tuits de la defenestrada que acusa al propio gobierno de blindar a corruptos y la reta públicamente a desmentir sus afirmaciones.

Para empezar, el reemplazante, Linares, tiene serios cuestionamientos a su idoneidad para asumir un puesto de tanta importancia, porque más parece un prontuario que currículo lo que ostenta Linares y lo descalifica para asumir la conducción de Essalud. El nuevo ujier de la entidad tiene denuncias y procesos judiciales por colusión, lesiones graves y hasta falsificación de documentos.

Tanto se había criticado a Castillo por el nombramiento de incapaces en los cargos más importantes del Estado para volver a estas andanzas con Dina Boluarte, y lo más grave es el uso político de una entidad que requiere urgentemente una reingeniería y despolitizarse, para poder administrar mejor el servicio paupérrimo que ofrece a los asegurados.

Esta situación ha entrado en una espiral de escándalo, puesto que Gutiérrez ha retado públicamente a la presidenta Boluarte de estar blindando al gerente general de Essalud, Ivan Pereyra, y que su remoción se debe a la decisión que tomó de remover a este personaje del cargo.

La denuncia es grave y pone en jaque al gobierno, ya que Gutiérrez ha sido ministra durante el primer semestre de gobierno de Boluarte y, además, se entendía que era de su entorno de confianza, como lo afirmó en varias entrevistas. Con esa clase de amigos, ¿para qué tener enemigos?

Se entiende que Gutiérrez llega a Essalud por decisión del premier Otárola, que es quien ordena al ministro de Trabajo para su designación; la pregunta es si estas decisiones las toman a espaldas de Boluarte y después ella tiene que hacer el ridículo de destituirla a los pocos días por el escándalo de su designación. ¿Quién manda a quién?Al final se darán cuenta del papelón que están haciendo en un momento de serios cuestionamientos a su gobierno y ad portas del aniversario patrio y la elección de una nueva Mesa Directiva del Congreso.