[OPINIÓN] Richard Arce: “Justicia para Inti y Bryan”. (Foto: Renzo Salazar / @photo.gec)
[OPINIÓN] Richard Arce: “Justicia para Inti y Bryan”. (Foto: Renzo Salazar / @photo.gec)

Se ha cumplido el tercer año de la muerte de los jóvenes Inti y Bryan durante la movilización social que se dio en Lima contra el entonces presidente impuesto por el Congreso, Manuel Merino de Lama, que no tuvo mejor idea que reprimir con violencia la manifestación que se dio en plena pandemia.

Ni las miles de víctimas de la pandemia sensibilizaron a los parlamentarios, al contrario, se mostraron empoderados —como hoy— y buscaron la manera de tomar el poder, como una especie de venganza por el cierre del Congreso anterior; se prestaron para la componenda los parlamentarios de derecha y por supuesto con la aquiescencia de la izquierda, que sirvió de “tonto útil” en la votación; después de los hechos luctuosos, ni el perdón que pidieron al país va a borrar esas imágenes cruentas de lucha por el poder como muestra de su desprecio por el país.

La gravedad de esta angurria del Congreso fue la postergación de las compras de las vacunas, que después nos pasó factura en la segunda ola que tuvo el mayor número de víctimas, todo por la necedad y las ambiciones políticas de los mediocres congresistas que encumbraron a Merino por 5 días en el poder.

Aquí zanjemos con absoluta honestidad el cuestionamiento a esta ignominia que hicieron los congresistas, porque parecería que estaríamos defendiendo al entonces presidente Martín Vizcarra y, al contrario, la movilización ciudadana se dio por la indignación que causó esta angurria por el poder del Congreso. Vizcarra es otro corrupto que tiene que responder a la justicia, que nos mostró también su desprecio con los peruanos aprovechándose del cargo para vacunarse él y su familia, mostrándose como es, un sinvergüenza.

En esa vorágine de violencia que desencadenaron estos despropósitos del Congreso, acontecieron la muerte de estos muchachos y hasta el día de hoy se espera justicia, porque no pueden quedar impunes estos crímenes. El Congreso actual, para seguir en sintonía, blindó vergonzosamente a Merino y sus adláteres que tuvieron la responsabilidad política en lo acontecido, prestándose para la impunidad el imberbe congresista Alejandro Cavero, que permitió bloquear la acusación constitucional para evitar que se le levante la inmunidad y la justicia se haga cargo.

Más bien le hicieron homenaje a Merino en el Congreso, como otra muestra de desprecio con la justicia y la historia; pero esto no termina, ya les caerá el largo brazo de la ley, eso esperamos.

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