"Jaén va cerrando cinco veces en lo que va del año. Es como un mal chiste que se repite".
"Jaén va cerrando cinco veces en lo que va del año. Es como un mal chiste que se repite".

La conectividad es clave para el turismo y, en un país como el Perú, con una geografía tan desafiante, la conectividad aérea es doblemente importante. La diferencia entre ir por tierra o por aire es enorme. Los largos caminos, el estado de algunas carreteras y las inclemencias del clima, desincentivan a muchos viajeros. Por ello, preocupa la situación crítica de los de Jaén y Jauja. Sus pistas de aterrizaje no dan más. El asfalto se abre y se hunde por el peso de los aviones, forzando reiterados ceses de operaciones. Jaén va cerrando cinco veces en lo que va del año. Es como un mal chiste que se repite. Reparan la pista, se rompe, la parchan otra vez, se rompe nuevamente. Ahora mismo está clausurado, lo que significa un perjuicio inmenso para Cajamarca y Amazonas. Al perder conectividad, lugares emblemáticos como Kuélap, Gocta, Leymebamba ven reducido su flujo de turistas locales y extranjeros. Igualmente afectado queda el turismo corporativo. Por el lado de Jauja, la situación no es mucho mejor. El aeropuerto está abierto, pero ya cerró dos veces este año. Es cuestión de tiempo hasta que la pista presente otra vez problemas. Cuando suceda, destinos como Huancayo, Tarma, Chanchamayo, Oxapampa, Pozuzo, tendrán como único acceso una Carretera Central que está colapsada, lo que frenará drásticamente la actividad turística en los departamentos de Junín, Pasco y Huancavelica.

Es evidente que lo que necesitan ambos aeropuertos no es reparar sus pistas sino rehacerlas. La capa asfáltica tiene una vida útil, que se ve mermada por factores como el uso, o condiciones climáticas adversas, como las lluvias intensas o temperaturas extremas que hay justamente en Jaén y Jauja. Ponerles parches a estas pistas es como curar un hueso fracturado con una curita. Es condenar a estos aeropuertos a seguir cerrando. Es hundir el turismo de estas regiones en lugar de reflotarlo. No perdamos más tiempo. El MTC debe tomar al toro por las astas y sincerar el problema. Dejar claro que esto va más allá de rehabilitar las pistas. El MEF necesita asignar presupuesto para rehacerlas.

Tenemos una ministra de Transportes con probada capacidad ejecutiva. Así como encontró una rápida solución para dar acceso al Jorge Chávez con puentes provisionales sobre el río Rímac (mientras en paralelo se trabaja el puente definitivo), necesitamos que aplique ese mismo sentido de urgencia para restablecer, de manera efectiva y duradera, la operatividad de estos aeropuertos que son cruciales para el turismo.

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