Ayer, 24 de marzo, fue el Día Mundial de Lucha contra la Tuberculosis (TBC). ¿Te enteraste? Muy probablemente no, porque es un tema que pocas veces tocamos en los entornos no vinculados a la salud.
El problema de la tuberculosis en el Perú es grave. Un enfermo de TBC debe seguir un tratamiento de varios meses que exige que el paciente asista todos los días a un centro de salud para tomar ahí los antibióticos que, por ley, solo expende el Ministerio de Salud (Minsa). No se los puede llevar a su casa, ni conseguirlos en una farmacia.
Si el paciente no va todos los días a hacer su cola para que lo atiendan, se vuelve resistente a esas drogas y tiene que pasar a un tratamiento más extenso y estricto. En ese estado, la probabilidad de que salve su vida es menor a 50%. Muchos peruanos no pueden ir todos los días y caen en esa terrible situación.
De acuerdo con la data de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Perú tiene la mayor cantidad de casos de TBC resistentes a las drogas en todo el continente americano. Al 2021, son más de cuarenta mil enfermos y 1,557 casos confirmados de pacientes resistentes a las drogas.
¿Será que falta plata? La OMS señala que el Perú gasta 100 millones de dólares al año en esta enfermedad. Brasil gasta 32 millones y tiene más de cien mil contagiados y mil pacientes resistentes a las drogas. No parece que nos falta plata…
Desde hace tres años, existe un nuevo tratamiento que ya está aprobado por la OMS. La eficacia sube al 80% y el tiempo baja de 18 a 6 meses, pero el Minsa aún no lo aplica. No soy experto en salud, pero me indigna que personas mueran por la indolencia del Estado. Hagamos visibles estas fallas y exijamos que se corrijan.