(Ipsos/Perú21)
(Ipsos/Perú21)

La historia es conocida: los orígenes de la división política entre izquierda y la derecha provienen de la manera como se sentaban los constituyentes franceses en la Asamblea de 1789: A la izquierda, los que pedían un cambio radical –en ese entonces, el cambio era hacia una monarquía constitucional–, y a la derecha, los defensores de la monarquía tradicional, la mayoría provenientes de la aristocracia o el clero.

Con el tiempo, los conceptos fueron evolucionando.  El socialismo se convirtió en la bandera de la izquierda, mientras que la defensa de la propiedad privada pasó a ser la bandera de la derecha. En el camino fueron apareciendo propuestas más centristas como la socialdemocracia o la economía social de mercado.

En el Perú, han sido candidatos con propuestas de centroizquierda y centroderecha los que han ganado las elecciones presidenciales desde 1980 hasta 2021, en que por primera vez llegó al poder el candidato de un partido marxista aliado con sectores de la izquierda más extrema.  Las protestas que ocurrieron en algunas regiones del país en respaldo de Pedro Castillo luego de su frustrado autogolpe de Estado llevarían a pensar que en el Perú la izquierda radical es muy amplia. No es así.

Para entender hasta dónde llega el apoyo a la izquierda y la derecha, Ipsos llevó a cabo un estudio por encargo de Perú21 Foro, donde aplicó la tradicional escala de 10 puntos donde 1 es la extrema izquierda y 10 la extrema derecha, y encontró que 14% del electorado se identifica con la izquierda (puntajes 1, 2 y 3), 37% con la centroizquierda (puntajes 4 y 5), 11% con la centroderecha (puntajes 6 y 7) y 21% con la derecha (puntajes 8, 9 y 10).

Es decir, la mayor parte del electorado se ubica al centro (48%). Sin embargo, si este espacio se llena con múltiples candidatos poco atractivos, el voto se dispersa y permite que candidatos de los extremos los superen y pasen a la segunda vuelta, donde se produce una polarización. En esas circunstancias es cuando el electorado de centroizquierda puede votar por el candidato de la izquierda radical si el candidato de derecha genera mucho rechazo. Eso fue lo que pasó en 2021 y podría volver a ocurrir en el futuro.

La extrema izquierda que llegó con Castillo al gobierno no estaba dispuesta a dejar el poder y por eso organizó una reacción violenta cuando este fue justificadamente apresado luego de su frustrado autogolpe. Sin embargo, como también reveló el estudio de Ipsos para Perú21 Foro, no todas las personas que votaron por Castillo o salieron a protestar a su caída son de izquierda. El sentimiento de identidad, la esperanza frustrada y la distorsión informativa que prolifera en las redes sociales son algunos de los factores que estuvieron detrás de la participación de diversos ciudadanos en las protestas. En realidad, el voto y la conducta política son el resultado de un conjunto de emociones y razones en el que la ideología es solo una de ellas.

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