"Quienes creen que lo de los caviares son inventos exagerados son tan negacionistas tontos como un terraplanista o un antivacunas". (Foto: GEC)
"Quienes creen que lo de los caviares son inventos exagerados son tan negacionistas tontos como un terraplanista o un antivacunas". (Foto: GEC)

-¿Será acaso una casualidad que Lily Ku, la máxima dirigente del sindicato de la Defensoría del Pueblo que ha interpuesto un insólito amparo contra el proceso de elección congresal del nuevo “ombudsman”, sea tan cercana al partido izquierdista JPP de (ver )?

¿No es legítimo entonces sospechar que Ku no hubiera presentado alguna queja similar si el mismo proceso estuviese siendo ejecutado por una mayoría congresal mendocista o caviar y el candidato favorito fuera Samuel Abad en lugar de García Toma? Y resulta que el mismo juez John Javier Paredes Salas, que frenó repetidas veces los intentos de Javier Villa Stein de llegar al decanato del CAL, es el magistrado que ahora ha acogido el amparo de Ku (ver ). ¿No es válido presuponer que todo esto no es más que la típica maniobra leguleya “progre”? ¿No apesta todo esto a caviar? ¡Imagínense la chilla que habría si la sindicalista y el juez fueran de derecha! Ya estarían Cairo, Luciano López, Eguiguren, Tuesta, Albán, DGS y otros de esos demoliendo al amparo y a ellos. Es que ya tenemos que salir, de una vez por todas, del yugo caviar: hay que seguir sacándoles de cada rincón del Estado en donde se hayan pegado por años como garrapatas. Se pintan ahora como los “centristas”, los “moderados”, los “republicanos” o “los liberales de izquierda” pero no son más que una argolla hegemonista y presupuestívora. Quienes creen que lo de los caviares son inventos exagerados son tan negacionistas tontos como un terraplanista o un antivacunas.

PD: Estoy a favor del “matrigay” (hasta acepté una parodia con Lúcar), pero aplaudo que el TC no se haya prestado a introducirlo por la ventana. Es una locura peligrosa que se norme indirectamente a través de la importación judicial de legislación extranjera. No nos vengan Susel o Ugarteche con leguleyadas mañosas.