Fachada de la universidad catolica. (Foto: GEC)
Fachada de la universidad catolica. (Foto: GEC)

Veo a la caviarada retorcerse porque no entraría su gente al nuevo TC y perdería esa arma política tan poderosa que ha tenido para todo (hasta para santificar al golpe de Vizcarra contra el Congreso). Pero ellos tampoco me vengan a decir que son “fair play”. Les puedo mencionar el caso concreto del Dr. Aníbal Quiroga en la Facultad de Derecho de la PUCP (hoy absolutamente capturada por la caviarada. En mi época el profesorado estaba más equilibrado y había menos activismo inculcado y disfrazado como educación). Quiroga es profesor principal (a tempranos 39 años) en la facultad desde 1997, con 37 años de magisterio, y es reconocido por tirios y troyanos como un jurisconsulto de nota, cuya opinión es requerida por los medios constantemente.

Pues bien, la argolla caviar de Derecho-PUCP no le programa ningún curso para enseñar desde el segundo semestre del 2015, sin mayores explicaciones para un veto silente, mezquino y pertinaz. Su nombramiento acaba en el 2026 y a este ritmo no dará una sola clase hasta ese año. Sería bueno que algunos que tienen o tuvieron en sus manos decisiones administrativo-académicas o que son muy influyentes allí–como la decana Rocío Villanueva o los abogados Alfredo Villavicencio, Marcial Rubio, Iván Meini, Guillermo Boza (actual candidato al TC que ahora llora por una reconsideración), el vergonzante “canciller” castillista César Landa (cómplice de esta porquería de gobierno corrupto e inepto), Samuel Abad o David Lobatón– comentasen o explicasen este insólito bloqueo a un jurista que tiene incluso mucho mayor nivel y reconocimiento que otros profesores. Quiroga ha sido incluso director de la revista, así como miembro de su consejo directivo. ¿Por qué es vetado sistemáticamente? ¿Porque no es caviar? ¿Por qué les da la contra en sus opiniones legales sobre temas candentes que tienen cariz político? ¿Porque no trabaja en una ONG? ¿Porque cuestionó al juez César San Martín (CSM)? ¿Me va a decir que eso no huele a una “argolla” caviar, decana Rocío Villanueva? ¡Chicos, váyanse a la de Lima!