Juan Claudio Lechín: ¡Prueba de vida del capitán Caguaripano!

Mientras se producen las condenas retóricas de países europeos contra el régimen delincuencial venezolano, mientras la MUD apoya las elecciones regionales y sus líderes fingen oposición criticando naderías, el capitán Juan Caguaripano, uno de los más corajudos venezolanos de esta generación política, habló con la verdad durante la toma del Fuerte Paramacay. No maquilló a los monstruos. Los caracterizó de manera diáfana: “tiranía asesina”; y se pronunció sobre lo fundamental: “detener los asesinatos de nuestros jóvenes y familiares” y “salvar al país de la destrucción total”. He ahí la síntesis de la situación venezolana.

Juan Caguaripano Scott, capitán de la Guardia Nacional, se opuso, en 2014, a sus facinerosos camaradas por el asesinato de 43 jóvenes estudiantes. Fue acusado de traición a la patria y pasó a la clandestinidad. En 2015, lo acusaron de urdir un golpe de Estado. Pero fue este 6 de agosto que apareció, en persona, realizando una acción militar impecable. Nadie lo siguió. El ejército y la policía venezolanos están dañados, sin remedio. Los integran oficiales y tropas que durante los últimos 18 años han sido educados en las escuelas de formación político/militar de La Habana. Personal entrenado para el crimen.

El 12 de agosto lo apresaron. Lo mostraron una sola vez, muy torturado y descompuesto. Por supuesto, la oposición no pidió su libertad ni exigió una prueba de vida. Es que es un hombre de pueblo. No es un politicastro entretejido en la elitista oposición que le hace juego al régimen. Solo su mujer y su padre han hecho el viacrucis de la denuncia solitaria. Sin embargo, y de manera creciente, la comunidad internacional exige a la dictadura que muestre con vida a Caguaripano, el héroe de Paramacay.