2020: Reformas en democracia
2020: Reformas en democracia

En un interesante artículo, “La corrupción como injusticia” (LR-1 de enero), Pedro Grández nos hace ver que, además del corrupto y el que lo corrompe, la actitud pasiva de quienes solo se consideran espectadores y no hacemos nada también es cómplice indirecta de la corrupción. La consideramos como algo inevitable y que corresponde solo a las autoridades encargadas resolver este crucial problema.

La cosa es grave, no solo porque afecta en última instancia a los más pobres, sino, además y principalmente, envenena al régimen democrático. Este no puede subsistir sin una conciencia masiva y lucha activa anticorrupción, es decir, que asumamos el verdadero rol de una ciudadanía comprometida con la justicia en nuestro país. Interesados y también sus fiscalizadores. Los medios juegan un rol muy importante.

Lo mismo se puede decir de la situación de extrema desigualdad existente entre los que más tienen, que viven con un confort a todo dar, y la gran mayoría de peruanos que trabajan 12 horas para poder llevar una vida decente, o de otros a los que no les alcanza lo que ganan para cubrir el costo de la canasta básica. Sin hablar de la pobreza indigente que literalmente sufre hambre.

Optimista, Fernando Vivas (EC) nos señala: “El 2019 me ha gustado porque vivimos una insurrección silenciosa (a diferencia de Chile). ¿Saben qué es lo extraordinario? Que desde varios flancos… llegamos a conclusiones de cambio que eran exclusivas de la izquierda… El debate sobre el rol del Estado en las reformas urgentes no es tan maniqueo como en los 90, que se polarizó entre el cuco de Velasco y la mano invisible. Hoy la discusión es más sensata, sobre el grado y la forma en que el Estado debe regular muchas áreas de la economía”.

Así, hay que corregir el modelo antes que explote. ¿Será un caviar?

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