Alberto Borea, expone frene al Hemiciclo la defensa de PPK. (Presidencia)
Alberto Borea, expone frene al Hemiciclo la defensa de PPK. (Presidencia)

El presidente se salvó por un pelo kenjista de ser vacado. Muchos resaltan el rol de su abogado Alberto Borea, quien haciendo gala de su erudición elaboró una alocución en la que desfilaron filósofos y pensadores. Este estilo de disertación, tan de otra época, fue elogiado por aquellos que rememoraban, nostálgicos, épocas donde personajes como Osterling, Ferrero o Ulloa poblaban el hemiciclo. Incluso algunas voces llegan a pedir la resurrección del Senado, como pidiendo un espacio para que estos apellidos ilustres regresen a la política.

Es cierto que el nivel de discusión del Congreso en esa época guarda una distancia sideral con la pobreza de recursos argumentativos que vemos actualmente. Sin embargo, esta nostalgia destila un tufillo de clasismo y limeñismo, pues olvida que el Senado peruano de 1990, por ejemplo, también estuvo conformado por intelectuales de extracción popular, de clase media o no limeños.

Es cierto también que personajes como Becerril o Vilcatoma hacen méritos para que aparezcan como lo apuesto a Borea. No obstante, esta oposición se hace en términos de ilustrados versus populares. De un lado estarían los educados, generalmente hombres limeños blancos de clase alta. Del otro estarían los “verdaderos” representantes del pueblo.

Es una falsa dicotomía oponer lo intelectual a lo popular. Un intelectual no necesariamente pertenece a la élite económica y social del país. Tenemos grandes referentes intelectuales que no han nacido en cuna de oro, como José Carlos Mariátegui, por citar a uno. Si algo es opuesto a lo intelectual en el Perú, no es lo popular, sino lo achorado.

El Congreso peruano ha perdido esa capacidad de discusión argumentativa. Esta pérdida intelectual no significa un acercamiento al mundo popular, sino más bien una representación del achoramiento, que pueden ser de izquierda o derecha, de clase alta o baja. Representantes achorados tenemos en varios grupos parlamentarios actuales, lamentablemente.