Quince de los 22 candidatos firmaron en persona el pacto ético del JNE para las elecciones 2018. (Foto: Twitter)
Quince de los 22 candidatos firmaron en persona el pacto ético del JNE para las elecciones 2018. (Foto: Twitter)

En unos días, el Perú elegirá alcaldes y gobernadores regionales para los próximos cuatro años. Dado el hartazgo en la política, esta campaña ha sido una de las más frías que se recuerde. Lima, con 30% del electorado, tiene candidatos conocidos. Los temas que más preocupan son seguridad ciudadana, transporte público, infraestructura y seguridad vial. La indiferencia es evidente ante el desencanto tras Villarán, Humala, Castañeda, PPK y Lava Jato, acentuado por las disputas entre Keiko y Vizcarra.

Según encuestas para Lima, Reggiardo (identificado con seguridad) lidera. Han tratado de bajarle la llanta con acusaciones de una offshore y plagio de plan de gobierno (es natural revisar planes de gobierno para hacer el propio).

Amenazan a Reggiardo: un Belmont desactualizado, demagógico y populista; Urresti, siempre contestatario y buen comunicador con acusaciones pendientes del caso Bustíos. A distancia aparecen Beingolea (del PPC, que hace tiempo no gana nada, pero ha repuntado); Capuñay, con todo el aparato publicitario del Grupo Exitosa. Sorprende que algunos candidatos, como Cornejo, bueno técnicamente; o Muñoz, honesto alcalde de Miraflores, con buena aceptación y obras distritales importantes, no tengan mejores cifras.

Diethel Columbus, buen comentarista político, es avasallado por la impopularidad del keikismo (Fuerza Popular); Castañeda hijo no logra cautivar al electorado de su padre, cuya gestión tiene 70% de desaprobación. Velarde, honesto pero controvertido alcalde de San Isidro; Lay, candidato todista (Presidencia, Congreso y Alcaldía); Villacorta, candidato oficialista; Zurek, Guerra García y Salinas parecen descartados aunque no está dicha la última palabra.