Las perspectivas de lluvia a corto plazo son pobres y eso no va a cambiar, ni para el norte, ni para el resto de la sierra hasta por lo menos el 24 de febrero, dice el columnista.
Las perspectivas de lluvia a corto plazo son pobres y eso no va a cambiar, ni para el norte, ni para el resto de la sierra hasta por lo menos el 24 de febrero, dice el columnista.

La presencia de La Niña en las aguas del Océano Pacífico Ecuatorial tiene – como en el caso de El Niño – características e impactos en el clima que son conocidos en base a la experiencia.

Uno de los impactos más observados es la irregular o ausente temporada de lluvias de verano para Tumbes, Piura y Lambayeque.

Recordemos que son estas tres regiones donde la naturaleza es capaz de producir lluvias en la costa en un verano cualquiera. En el caso de Lambayeque esto es más evidente en la provincia del mismo nombre.

Pues bien, la edición 2020-2021 de La Niña ha menoscabado el desempeño de las lluvias en la costa norte y regiones ecuatorianas adyacentes.

Ello, como no, impacta desfavorablemente en las reservas hídricas que necesitamos acumular para sostener y asegurar nuestras campañas agrícolas en esa importante parte del país.

Las perspectivas de lluvia a corto plazo son pobres y eso no va a cambiar, ni para el norte, ni para el resto de la sierra hasta por lo menos el 24 de febrero. Sucede que tenemos una condición en la circulación del aire que va a generar 10 días – aproximadamente – de muy poca lluvia en la sierra y costa según los más recientes modelos de pronósticos de lluvias. Para el norte nuestra esperanza está hacia el final del verano.