(Foto: Wikipedia)
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Ayer se conmemoró un aniversario más de la muerte de Piérola, político de grandes luces y sombras. Nadie describió mejor que él al Perú con su lapidario “país de desconcertadas gentes”, superior incluso al “país de oro y esclavos” de Bolívar. Sin embargo, creo que nadie superará esas reflexiones finales de Bolívar sobre Iberoamérica en su carta al general ecuatoriano J.J. Flores en 1830, tan actuales y lúcidas en estos momentos:

“He mandado veinte años, y de ellos no he sacado más que pocos resultados ciertos: 1) La América (nota: se refiere solo a Iberoamérica) es ingobernable para nosotros. 2) El que sirve una revolución ara en el mar. 3) La única cosa que se puede hacer en América es emigrar. 4) Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles de todos los colores y razas. 5) Devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán a conquistarnos. 6) Si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo, este sería el último periodo de la América”. También Bolívar agregó en esa misma misiva: “... la súbita reacción de la ideología exagerada va a llenarnos de cuantos males nos faltaban o más bien los va a completar. Usted verá que todo el mundo va a entregarse al torrente de la demagogia y… ¡desgraciados de los pueblos! ¡Desgraciados de los gobiernos!”.

Bolívar no es santo de mi devoción. Odiaba y despreciaba al Perú. Ayudó a amputarle Guayaquil y Bolivia. Pretendió erigirse en nuestro tirano vitalicio. Era malvado, egocéntrico, sanguinario e intrigante: un desequilibrado mental, tal como lo pintó Marx. ¡Pero aquí la chuntó! (nota: usó “Iberoamérica” porque “Latinoamérica” es un contrabando ideológico francés).

PD: Lamento la reciente desaparición de Hory Chlimper, empresario extraordinariamente fecundo en su casi centenaria vida. Sufrió el calvario de un secuestro a manos de los delincuentes del MRTA. Descanse en paz.