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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Hoy, a las 4 p.m., se firmará un convenio para suspender el inicio de las obras del aeropuerto de Chinchero. ¿Por qué? Porque la Contraloría ha encontrado "un riesgo potencial relacionado a la entrega del valor del adelanto" (casi US$50 millones) al que se obligó el Estado con Kuntur Wasi mediante la adenda que ya todos conocemos.

Como dice la nota de Gestión, hasta que la Contraloría no emita su informe final, todo queda en stand by. O sea, ¿existe la posibilidad de que Chinchero no vaya? Sí, es remota, pero existe.

Pienso que los elementos de juicio que se han lanzado desde muchos frentes son más que suficientes para devolver todo a fojas cero y que el Estado, si quiere aeropuerto allí, se haga cargo él mismo en lugar de asociarse con un operador que no quiere poner un sol (porque al grupo Vargas, plata no le falta) y al que el financiamiento le cuesta un ojo de la cara y se lo quiere cobrar al Estado.

Ya está siendo costosísimo en términos de aprobación popular que, para una parte creciente de la opinión pública, el Poder Ejecutivo no parezca estar a cargo de nada (o de muy poco) como para que sigan estirando el resultado de una obra tan controvertida y no puedan tomar una decisión. ¿Ni siquiera puede gestionar algo tan acotado como ese proyecto al punto que siempre deben culpar al gobierno anterior (que gran responsabilidad tiene, pero ya no está a cargo)?

Que el Congreso tenga una aprobación menor que el Ejecutivo es consuelo de tontos. La mototaxi puede tener 1% de aprobación y aun así bajarse a todos los ministros que quiera porque nadie saldrá a la calle a apoyar a ninguno.

Es hora de replanteamientos.