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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Es una gran idea que el presidente de la República tenga un canal de comunicación directa con la ciudadanía. No, no está imitando a Chávez o a Maduro. En todo caso, estaría imitando a Franklin D. Roosevelt y sus "charlas junto a la chimenea". Es una gran idea que el primer representante del Estado se acerque a la gente de forma que no parezca que va a anunciar otro shock como el que Fujimori dijo que no iba a hacer o que va a disolver el Congreso.

A diferencia de lo que piensan algunos críticos, acercar al presidente a la gente en un espacio que no es tradicionalmente el suyo no lo banaliza, sino que lo humaniza y le da al público la sensación de que le están rindiendo cuentas… aunque PPK entreviste a un maniquí. Y ese es el peligro grande de hacer algo como esto: el riesgo de fallar es enorme.

PPK habla mal. Es rústico, simpático; sí, pero no es rápido y su "chispa" no es vendible en un país que disfruta mucho la chanza veloz, los tortazos en la cara y los "chistes" de maricones. Además, sin importar el tamaño del problema, será imposible que PPK se haga el desentendido y no se refiera a aquel en un espacio regular como este. Y si lo hace, sería nefasto. El otro riesgo es la sobreexposición: le pasó a García. Dos veces. Y él sí habla. Otro: cuando el invitado de PPK sea tan o más aburrido que él pero es alguien que tiene algo importante que decir, necesitan otro invitado que sea el que se encargue de hacer realmente la entrevista. Y que no se note que PPK solo manda a la pausa.

Finalmente: ¿la producción la hace el canal del Estado o se contrata a un privado con plata del Estado? Espero que se den cuenta de la enorme diferencia que eso hará para los críticos. Que no son pocos y algunos tienen razón.