Chile: Sebastián Piñera y Alejandro Guillier enfrentados en elecciones. (USI)
Chile: Sebastián Piñera y Alejandro Guillier enfrentados en elecciones. (USI)

Hasta el momento de cierre, Sebastián Piñera lidera la intención de voto –en las elecciones generales chilenas– con cerca del 35%; le siguen el candidato oficialista Alejandro Guillier con 22% y Beatriz Sánchez con cerca del 20%. Aún nos encontramos al inicio del recuento de votos, pero las encuestas de opinión marcaban un resultado similar en los últimos días.

Las elecciones chilenas son muy importantes para la geopolítica regional, pero más aún para el desarrollo de nuestro vecino del sur. La actual presidenta, Michelle Bachelet, llegó al poder con un acuerdo nefasto con los partidos comunistas, y ello se tradujo en un gobierno de confrontación en lo político y mediocre en lo económico (desastroso para el empresariado local). Lamentablemente, esas políticas pueden continuar.

En una segunda vuelta, lo más probable es que el oficialista Guillier y la izquierdista Sánchez logren algún pacto político. De ser así, podrían movilizar a los electores hacia otro gobierno de izquierda.

Para Chile, esto será nefasto. Bachelet, por presión de los comunistas, rompió esa suerte de “pacto político” existente entre derecha e izquierda: no tocar los fundamentos básicos del modelo económico. Dicho pacto era una de las razones del éxito chileno reciente: sea de izquierda o derecha el gobierno, se respetaba la inversión privada, la responsabilidad fiscal y monetaria, y así. Roto ese pacto, no será un gobierno de izquierda (menos aún si lo consigue Guillier) el que realice las reformas necesarias para regresar al camino conocido.

Para Perú, pues la actividad económica de Chile es muy importante, sobre todo para el sur del país. Por otro lado, como ya sabemos, las malas ideas políticas trascienden fronteras.

Pero es en la geopolítica regional donde la victoria de la izquierda chilena tendrá el mayor impacto. Para empezar, habrá elecciones muy pronto en Colombia, a las que se podrían (aún no queda claro) presentar las FARC; luego están las elecciones brasileñas (donde la izquierda lulista tiene ambiciones y posibilidades). Finalmente está la amenaza de Correa en Ecuador. ¿Otra década perdida?