“En 2020 el riesgo en la economía mundial por el escalamiento de la guerra comercial fue opacado por la cuarentena global y el COVID-19”.
“En 2020 el riesgo en la economía mundial por el escalamiento de la guerra comercial fue opacado por la cuarentena global y el COVID-19”.

En 2020 el riesgo en la economía mundial por el escalamiento de la guerra comercial fue opacado por la cuarentena global y el COVID-19. Las hostilidades comerciales comenzaron en 2018 con denuncias de ciberataques, abuso de DD.HH., protección de propiedad intelectual.

Además de promover productos americanos para equilibrar la balanza comercial con China, la guerra comercial se ha transformado en una disputa política, industrial, militar, científica (vacunas), tecnológica (Huawei/5G) y de acceso a data (TikTok). Es la nueva guerra fría, más política que comercial, y puede durar varios años. Es para USA un arma de negociación (casos México, Canadá, UE, TPP).

Comercialmente ambos países se necesitan y el mundo los necesita. Ha habido efectos globales: desvío de comercio y afectación de precios de materias primas, incentivando la búsqueda de proveedores para evitar dependencia de China.

El COVID-19, originado en Wuhan, interrumpió la fase 1 del acuerdo comercial China-USA. Trump ha responsabilizado a China del origen y alerta tardía. Hace 30 años la respuesta china era tímida. Hoy, Xi Jinping responde sin titubear, defendiendo sus intereses. Los conflictos por Huawei y TikTok parecen excusa para frenar el desarrollo tecnológico chino.

Trump intentará la reelección el 3 de noviembre ante el favorito demócrata, Biden. Las cifras de economía, salud y “sus formas” pueden costarle. Wall Street ha revertido la caída de marzo, pero en Main Street (la calle) prevalece el desempleo y la amenaza de rebrote.

Un acuerdo convendría al mundo y a las dos potencias; estamos en tránsito hacia una guerra fría por la hegemonía. El resultado electoral en USA podría cambiar el curso. Si gana Biden, podría proponer una relación más cooperante.