Pobreza infantil en Perú disminuyó del 50.9% al 32.5% entre 2007 y 2013. (Perú21)
Pobreza infantil en Perú disminuyó del 50.9% al 32.5% entre 2007 y 2013. (Perú21)

Cuando le dije a mi hijo de entonces 4 años que había viajado a un lugar en donde había muchos niños pobres, inmediatamente él me preguntó: ¿Pobres? ¿No tienen papá ni mamá?

En quechua, ‘huaqcha’ significa pobre y huérfano. Esto explica por qué en el antiguo Perú el parentesco, real o ficticio, era lo que daba estatus. Mientras más parientes se tenía, había mayores posibilidades de acceso a intercambio de productos. Los indígenas explican que ‘huaqcha’ era quien solo comía papa. Fue difícil para los españoles entender el concepto, pues la riqueza no estaba ligada a la acumulación de bienes sino a las redes que se generaban.

No estamos lejos de identificar a los pobres extremos como excluidos del sistema. Es un imperativo del Estado entregarles la máxima protección social, esto no significa ser paternalista, sino entregarles herramientas que los empodere para que aporten al país. Esta debería ser nuestra estrategia si queremos que crezca el PBI de manera sostenida.

Por eso, el sector privado debe ser parte del cambio y asegurar que su cadena de valor sea una red saludable de intercambio en donde todos sus miembros (trabajadores, proveedores, distribuidores, vecinos y clientes) tengan oportunidades para un mayor bienestar.

Necesitamos más líderes empresariales con visión de país y que sientan el interés de generar ecosistemas justos. Mi hijo no se equivocó. Esos niños que había visitado estaban desamparados.

Ya no basta con dar empleo y cumplir con las normas. Le toca al empresario involucrarse. No se trata de ser altruistas, sino de lógica económica: mientras tengamos ciudadanos mejor alimentados, mejor educados y más conscientes de sus derechos, seremos más competitivos.

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