[Opinión] Richard Arce: ¡Otra vez la izquierda! (Foto: Facebook Gonzalo Alegría)
[Opinión] Richard Arce: ¡Otra vez la izquierda! (Foto: Facebook Gonzalo Alegría)

El caso de Gonzalo Alegría nos demuestra que en política podemos caer a niveles rastreros. Este sujeto pretendió ser alcalde de Lima por Juntos por el Perú, partido del actual ministro de Comercio Exterior y Turismo, Roberto Sánchez, que es aliado y principal escudero del gobierno y que llevó a Verónika Mendoza a la candidatura presidencial.

Otra vez, un candidato que dice representar a la izquierda nos muestra la miseria de la clase política que vegeta en nuestro país. En realidad, el problema es transversal porque no tiene color político. En todos lados vamos a tener personajes con antecedentes graves, que incluyen prontuario.

Ayer se confirmó la denuncia y se le cayó toda su coartada de defensa, que se basó en la amenaza y agresión a periodistas. Ahora se entiende que era porque Alegría fue evidenciado como un maltratador y pervertido. A estas horas ya debió de haber renunciado, aunque no procedería porque estamos fuera de los plazos preclusivos –el límite era el 3 de agosto pasado– de las exclusiones y renuncias.

Durante mi labor parlamentaria trabajé la Ley de la Muerte Civil, para evitar que sentenciados por delito doloso puedan intentar postular a cargos públicos. Se logró promulgar la ley, pero con casos como el de Alegría se ve que es insuficiente. Hay que diseñar mejores filtros.

El problema se origina en los partidos políticos, que son membresías que se ofertan al mejor postor, mercantilizando la designación de candidatos, que al final son elegidos por descarte. Las consecuencias las estamos viviendo.

En realidad, nuestro sistema democrático no es representativo porque cada vez tenemos que elegir entre candidatos impresentables, obligándonos a votar por el mal menor, lo cual es frustrante porque al final resultan también un fraude durante la gestión gubernamental.

Una desacreditación más para la izquierda, que nos lleva a la condena social y desprestigia el esfuerzo que hacemos muchos para ofrecerle al país una alternativa seria.