[Opinión] Felipe Morris: La caída de FTX.
[Opinión] Felipe Morris: La caída de FTX.

Hace un par de semanas entró en bancarrota FTX, una de las plataformas de intercambio de criptomonedas más grandes del mundo. La empresa había sido fundada en 2019 por Sam Bankman-Fried (conocido como SBF), considerado el ‘niño de oro’ de las criptomonedas. SBF la llevó a valer 32,000 mil millones de dólares en solo dos años y atrajo a importantes inversionistas institucionales, que por lo visto se dejaron deslumbrar por SBF y no hicieron un buen análisis de lo que había detrás de la empresa. FTX se derrumbó como un castillo de naipes en solo un par de días por grandes retiros de fondos. Se desconoce todavía el monto de las pérdidas, pero trasciende que alrededor de un millón de clientes serán afectados y no podrán recuperar sus fondos.

La estrepitosa caída de FTX fue sorpresiva, ya que se suponía que al ser una plataforma de intercambio no tendría por qué experimentar los problemas de liquidez que tuvo. Ocurrió porque sus administradores incumplieron los principios básicos que rigen este tipo de entidades al hacer uso de los fondos de sus clientes para especular e invertir en una serie de actividades riesgosas en las que no debió involucrarse, mucho menos con fondos ajenos y sin adecuados controles corporativos. Esta quiebra nos deja varias lecciones. La primera de ellas es que al invertir en criptomonedas no solo hay que preocuparse por la volatilidad que experimentan sus precios, sino también de la posibilidad de malos manejos y fraudes debido a la poca transparencia y opacidad de sus operaciones y al hecho que sus plataformas para su intercambio y custodia no están supervisadas ni reguladas, no están sujetas a auditorías externas y carecen de un esquema de prestamista de última instancia en casos de iliquidez. Otra lección es no invertir en lo que no se conoce bien, particularmente si no está regulado.

Esta quiebra puede ser el catalizador para que esta industria considere que la autorregulación es insuficiente y acepte la necesidad de reglas similares a la que existen para el sistema financiero tradicional. Se ha evidenciado que las operaciones en el mundo cripto son similares a las que ofrecen las instituciones financieras reguladas (préstamos, custodia, corretaje, entre otras), al igual que sus riesgos, por lo que ameritan mayor regulación. Se han ganado y perdido grandes fortunas alrededor de las criptomonedas como resultado de su volatilidad, de la poca regulación, de la falta de transparencia y opacidad en sus operaciones; y la inexperiencia y codicia de muchos de los que lo administran. El tiempo dirá en qué terminará esto. ¿Podrá seguir funcionando sin regulación y supervisión? Parece difícil. De continuar así, la quiebra de FTX no será la última.