La piel de los labios es muy sensible. Es por ello que se recomienda mantenerlos debidamente humectados. En el mercado encontrará productos muy buenos. Acostúmbrese a usarlos. También resulta clave evitar costumbres poco convenientes, tales como respirar por la boca o pasar la lengua o los dientes sobre los labios de manera constante. Son detalles mínimos para tener en cuenta.