notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

En los últimos procesos electorales la mayoría de peruanos fue a votar en cada segunda vuelta por el candidato que representaba el mal menor. Así, se optó por la resignación más que por la esperanza, por el conformismo más que por el cambio. Pero con convicción.

En esta segunda vuelta se da un caso curioso. Algo menos de la mitad del país no quiere que el 5 de junio gane Keiko Fujimori, porque para ellos representa la reedición –con todo incluido– del gobierno de su padre. Sin embargo, tienen mucho miedo de lo que vaya a pasar a partir del 6 de junio si gana Pedro Pablo Kuczynski. Y señalan estar seguros de que PPK no podrá hacer un buen gobierno por varias razones: una fuerte oposición en el Congreso que lo tendrá maniatado; porque su equipo –si lo tiene– no da confianza; porque su bancada no es lo suficientemente sólida para enfrentar a la fujimorista; porque la edad no le ayuda para pensar en un gobierno de cinco años a todo motor; y porque al interior de su equipo más cercano hay muchas disputas por el poder.

Adicionalmente, los más entusiastas enemigos de Keiko Fujimori y promotores de la campaña de PPK van todavía un poco más allá, y ven y escriben públicamente que su candidato tiene pocas ganas de ganar, y creen –y así lo escriben ellos– que PPK está huérfano de una buena estrategia, precisamente ganadora. A eso le suman que PPK viene acercándose a sectores incompatibles con su perfil, y que gente como Mercedes Aráoz, su candidata a la vicepresidencia, viene cometiendo una serie de errores que van a generar más de un gran problema, y para muestra un botón: a pocos días de las elecciones, pidió perdón por lo de Bagua a través de un video, después de que siempre sostuvo que ella no tuvo nada que ver en el tema, y después dijo que no pidió ningún perdón. Se ha llegado a decir, y así lo han escrito, que PPK no sabe liderar la oposición a Keiko.

Le quedan solo dos semanas a la contienda. Es el tiempo que le queda a PPK para satisfacer a sus promotores y críticos.